Una calle de Otos dentro de la ruta de los relojes. LP

Indignación en Otos por el cierre del cajero automático

Los vecinos de este municipio de la Vall d'Albaida tienen que desplazarse desde este martes a poblaciones cercanas para poder sacar dinero

B. G.

Otos

Martes, 30 de enero 2024, 17:25

Indignación y malestar entre los vecinos de Otos tras la decisión de Cajamar de quitar el cajero automático del municipio. De hecho, desde este martes, ya no cuentan con este servicio, que consideran fundamental, entre otros, para luchar contra la despoblación y, sobre todo, porque supondrá un grave perjuicio para las personas mayores del municipio.

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Desde el Ayuntamiento aseguran que se han realizado reuniones y numerosas gestionas para evitar esta pérdida, pero que finalmente la entidad bancaria "ha decidido poner los puros intereses económicos por delante de la responsabilidad cívica y ética de dar servicio a sus clientes".

Los vecinos se muestran decepcionados porque, aseguran desde el Consistorio, "durante muchos años han depositado su dinero y su confianza en esta entidad bancaria" y ahora se tendrán que desplazar a municipios cercanos para poder sacar dinero.

Subrayan el hecho de que perjudicará, en primer lugar, a las personas mayores. Si ya tenían dificultades para hacer frente a las nuevas tecnologías, ante la tendencia de eliminar la atención presencial, algo por lo que luchó el valenciano Carlos San Juan, ahora se les añade el handicap de la distancia y muchos de esos mayores carecen de los medios necesarios para desplazarse a otros municipios.

Por otro lado, también está el problema de la despoblación que se incrementa con la eliminación de servicios como este. "Los intentos del Ayuntamiento de mejorar la calidad de vida de nuestros mayores, de dar oportunidades de trabajo dignas a nuestros jóvenes, de fomentar el turismo y la llegada de nuevos pobladores quedan frustrados por el egoísmo de las entidades bancarias".

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Es más, desde el Ayuntamiento también denuncian la "inoperancia" del resto de administraciones públicas por no resolver este problema y hace un llamamiento: "Pedimos que se pongan manos a la obra para que la gente de los pueblos pequeños podamos vivir en las mismas condiciones de dignidad que los de las ciudades. Estamos hartos de ser los guardianes del territorio, de cuidar los campos y bosques y de recibir, a cambio, un trato de ciudadanos de segunda clase".

Pese a la movilización de ciudadanos como el valenciano Carlos San Juan, con su campaña "Soy mayor, no idiota", aún se están produciendo no ya sólo el cierre de entidades bancarias sino incluso de cajeros automáticos, que pese a los problemas de los mayores por la brecha digital, era lo que les quedaba, certificando el abandono al medio rural.

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Lo curioso es que, en la página web de la entidad bancaria, aún aparece el cajero de Otos, junto al de Beniatjar y al de Castelló de Rugat, que son los más próximos a los que podrán acudir los vecinos del conocido como pueblo de los relojes de sol, a partir de ahora.

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