Nueve municipios se unen para declarar la zona catastrófica por el temporal

Los municipios de la Ribera y l'Horta Sud continúan contabilizando los daños causados por el temporal del 4 y 5 de noviembre. Ante la magnitud de los desperfectos tanto en instalaciones municipales, como en caminos rurales y viviendas particulares, las localidades afectadas han decidido unirse para tener más fuerza ante el Estado y conseguir que las ayudas lleguen cuanto antes.

Los representantes de los ayuntamientos de Sueca, Cullera, Almussafes, Sollana, Alberic, Beniparrell, Llaurí, Benifaió y Fortaleny se han reunido en la capital de la Ribera Baixa y han decidido actuar conjuntamente y de manera coordinada a la hora de solicitar la declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil.

Aunque las solicitudes deben realizarse de manera individual por parte de cada Ayuntamiento, ya que no se permite la solicitud a través de un documento conjunto, los alcaldes han querido evidenciar la unanimidad a la hora de actuar de manera coordinada.

«Queremos que el Estado considere realmente que tenemos motivos más que justificados para solicitar esta declaración y que pueda facilitar unas líneas de ayudas, especialmente para la ciudadanía que por circunstancias no tenía sus bienes asegurados, ya que los ayuntamientos no tenemos la competencia de conceder ayudas en estos casos en que no se dispone de un seguro«, han explicado los representantes municipales.

La delegación del Gobierno anunció a principios de semana que se abría el plazo para solicitar ayudas y que no sería necesario esta figura de zona catastrófica para acceder a ellas. Sin embargo, los pueblos afectados consideran que la situación provocada por el temporal es suficientemente grave para esta declaración y que ésta puede acelerar los trámites burocráticos y que «las ayudas puedan llegar lo más pronto posible».

Una muestra de los daños provocados por las lluvias se encuentra en la sede de Protección Civil de Almussafes donde el agua llegó hasta los 1,20 metros de altura, destrozando los equipos informáticos y de transmisión, del mobiliario e incluso las motos.

Por su parte, las consecuencias del temporal también han llegado a la costa de Cullera que ha tenido que retirar las cañas, plásticos, restos y toda la suciedad que fue arrastrada a la playa del Marenyet.