El Palomar se prepara para celebrar su arraigada 'Festa del Xop'

Catalogada como Fiesta de Interés Turístico Local, la 'Festa del Xop' es una de las más arraigadas que se celebran en la comarca de la Vall d'Albaida.  Una celebración que celebra el pueblo de El Palomar que tiene una tradición religiosa, puesto que se conmemora en honor a la Virgen de los Desamparados, pero con una raíz popular que se remonta  a cuando incluso a la repoblación del municipio por aragoneses y catalanes.

Como su nombre indica, la fiesta gira en torno al chopo, un árbol que puede tener hasta 30 metros de altura, que talan los vecinos y lo trasladan en hombros hasta la plaza del pueblo donde permanece durante quince días.

«De entre todas las fiestas locales, esta es la más peculiar y la que se ha convertido en símbolo y orgullo del Palomar», asegura el alcalde, Jordi Vila, quien apunta que todo está dispuesto para iniciar este viernes el programa intenso de actos donde la tradición, la convivencia y la diversión están aseguradas.

Así, los actos comienzan el viernes por la noche con una cena popular y música en la plaza de la Virgen de los Desamparados. Es el sábado el día grande, antes de dirigirse al barranc Gunda, los pequeños, ataviados con los trajes tradicionales, recorren las calles bailando la danza tradicional y anunciando a todo el vecindario que ya ha llegado el día. Tras la exhibición de baile, todo el pueblo se dirige a talar uno de los chopos que crecen en este barranco.

El chopo se tala manualmente mediante el hacha y las herramientas de poda que han ido pasando de generación en generación.  Una vez está en tierra, los hombres lo trasladan a hombros a la plaza del pueblo. Las campanas de la iglesia son las que anuncia la llegada. Allí todo está preparado para alzar de nuevo el chopo al cielo. El chopo se mete en un agujero ya existente y se apuntala con vigas de madera y se ata con cuerdas sujetas desde las ventanas de las casas de la plaza para mantenerlo erguido. Allí permanece durante unos quince días, para después cortarlo en leña, alguna de la cual se aprovecha para la foguera de Sant Joan, en un ritual que representa una alegoría de la primavera y la fertilidad.

El domingo, todo el protagonismo es para la Virgen, con la solemne misa, tras un pasacalles con la banda local. Tras la misma, en la plaza se suceden los danzas tradicionales de los pastores y se completan con el 'baile de la bandera', que también se realiza en otros municipios de la comarca, a cargo de un bailador que va acompañado de dos pequeños vestidos de ángeles. Los tres realizan unos pasos de baile antes de que la bandera roja, que se recoge de uno de los balcones de la plaza, comience a moverse al ritmo de la música.

La procesión con la imagen de la Virgen por las calles del pueblo y un castillo de fuegos artificiales, pondrán fin a la 'Festa del Xop' de 2024.

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