La Pobla Llarga lleva más de 20 días sin agua potable

Sin agua del grifo para beber, cocinar o lavar la fruta. A base de comprar botellas y garrafas de agua mineral para todos estos usos llevan los vecinos de la Pobla Llarga desde el 8 de agosto. Aquel día el Ayuntamiento informaba de que la analítica periódica que se realiza del suministro había dado como resultado un incremento de la concentración de Terburnetón, un plaguicida de origen agrario, y por tanto sanidad había declarado que el agua no era apta para el consumo humano.

En principio el problema se solucionaría en unos diez días ya que se consideró que manteniendo el agua más tiempo dentro del tratamiento de filtraje se podrían reducir los parámetros alterados. Una solución ineficaz que ha provocado que ahora el Ayuntamiento de la Pobla Llarga tenga que tomar nuevas medidas y la prohibición del consumo de agua del grifo se alarga otros quince días más.

«No sabemos cuándo podremos volver a usar el agua y mientras tanto venga a cargar garrafas y a gastar dinero que cómo no está caro ya toda la compra, nos faltaba esto», se queja una vecina de la localidad.

Además de todas las molestias y gastos que supone no poder consumir el agua este problema ha surgido en pleno verano y con continuas olas de calor. Los vecinos de la Pobla Llarga lamentan también la falta de información para saber cuándo podrán volver a la normalidad.

«No están diciendo nada desde el Ayuntamiento y la ciudadanía necesita saber qué pasa. Nosotros pedimos una reunión para que nos explicaran las medidas y para solicitar que se pongan alternativas como cubas ya que la normativa señala que existe una obligación legal de garantizar el suministro de agua potable a las personas vulnerables, pero no se ha hecho nada», lamenta la portavoz del PP, María Carmen Tormo.

Otra de las cuestiones que plantean desde la oposición es que se deje de cobrar el recibo del agua durante este periodo de tiempo para ayudar a los vecinos que están sufriendo un sobre coste por la compra de agua embotellada.

El Ayuntamiento de la Pobla Llarga ha informado que este jueves se sustituirá el filtro de carbono de la planta para garantizar la potabilidad y que en unos días tendrán los nuevos registros para saber si se acaba con la contaminación por plaguicidas. Sin embargo, no será hasta dentro de unas dos semanas cuando se pueda restablecer el consumo, por lo que los vecinos tendrán que seguir por el momento con las garrafas.

La empresa encargada de la gestión de este suministro ha señalado que los parámetros que han salido alterados y que han provocado la prohibición se modificaron a principios de año poniendo límites más bajos por lo que «no se trata de un incremento en la concentración». No obstante, se tienen que buscar soluciones para rebajarlos de forma definitiva y acabar con esta crisis.

La falta de transparencia también ha suscitado cuestionamientos sobre la adecuación de la planta potabilizadora local, reseñada en un video publicado en la web del ayuntamiento donde dice que hubo una subvención de 40.633,60 euros.

En un momento en que se ha informado sobre la recepción de subvenciones destinadas a mejorar el ciclo integral del agua y las instalaciones de tratamiento, la población se cuestiona por qué aún persiste la escasez y la calidad deficiente del agua con los niveles de plaguicidas.

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