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B. González
La Font de la Figuera
Viernes, 21 de junio 2024, 10:55
Nueva profanación de tumbas en la Comunitat Valenciana. En esta ocasión ha sido en el Cementerio municipal de La Font de la Figuera donde han sido dos las sepulturas profanadas y el autor o los autores se han llevado más de un centenar de crucifijos y cristos de metal.
Los hechos no se saben exactamente cuando se produjeron, porque el cementerio permanece cerrado durante toda la semana, a excepción del domingo por la mañana. Fueron los operarios municipales los que se encontraron con los destrozos este miércoles, por lo que pudo ocurrir en la madrugada del lunes o en la del martes.
Según explica el alcalde, Elio Cabanes, las cacos entraron por una puerta trasera del camposanto, por donde suelen entrar los vehículos fúnebres, rompiendo el candado que la cierra. Una vez dentro se han llevado principalmente todo lo que era de metal, crucifijos en su mayoría y también algunos cristos de las lápidas, aunque no han llegado a romper ninguna.
Con respecto a los dos nichos profanados, se cree que han sido escogidas al azar, puesto que no son de la misma familia, ni siquiera están próximos. La hipótesis inicial es que han sido las que más fácilmente han podido abrir. Se trata de personas que fallecieron hace tiempo y, por tanto, sólo quedan restos óseos, que ya se ha procedido a volver a dar sepultura, tras comunicurlo a sus familiares.
La Brigada Policial de la Guardia Civil de Xàtiva se ha hecho cargo de la investigación. Lo que está claro es que no se trata de ninguna chiquillada ni gamberrada y que los ladrones, con toda probabilidad, estaban buscando metales para poder vender posteriormente.
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Ante estos hechos, el primer edil de La Font de la Figuera insta a una mayor presencia de la Guardia Civil en el término municipal para que no vuelvan a repetirse. Es por ello que va a solicitar una reunión con la Delegadación del Gobierno para abordar este tema.
Cabe recordar, que el verano pasado también fueron profanadas siete tumbas en el cementerio de Bufali, en la comarca de la Vall d'Albaida, en el mes de agosto, cuando el municipio estaba en plenas fiestas patronales. Un mes antes, en julio, en Guadasséquies, también fueron profanadas otras cinco más, con importantes desperfectos.
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