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A. Talavera
Jueves, 21 de julio 2022
Cullera quiera acabar de una vez por todas con la imagen de playas llenas de sombrillas y sillas vacías a primera hora de la mañana. Una situación que se repite cada verano en la que muchos turistas plantan sus enseres a las ocho de la mañana en primera línea y los dejan como reserva de los sitios más privilegiados hasta varias horas después cuando bajan para pasar la jornada junto al mar.
Una 'guerra de sombrillas' que desde este jueves entra en su fase final ya que el Ayuntamiento de Cullera ha decidido intervenir y comenzar a retirar los enseres que no están vigilados por sus propietarios.
Durante la primera mañana de aplicación de esta medida, los agentes de la Policía Local han retirado una docena de sillas y de sombrillas que se han guardado en la central de la policía para que los propietarios puedan ir a recogerlos sin coste.
Esta medida está recogida por la ordenanza municipal desde 2017 pero el Consistorio de Cullera no estaba aplicándola para no generar problemas a los usuarios. Cuando se aprobó esta iniciativa durante unos días los agentes informaron a los usuarios de que no podían dejar las sombrillas y sirvió para frenar esta incívica práctica.
Sin embargo, este verano de gran afluencia de turistas se ha notado un incremento de la reserva de plazas y la polémica entre los bañistas se ha reavivado por lo que se ha decidido actuar para concienciar a los turistas de que no se puede ocupar la playa con enseres si no se está en ella.
Y es que son muchas las personas que colocan las sombrillas desde primera hora que se abren los arenales y no vuelven hasta mitad mañana. Esta práctica habitual para algunos ha ido yendo a más y cada vez es mayor el espacio que se reserva para familiares o vecinos provocando que cuando llegan los bañistas ya está toda la primera línea copada de sillas y sombrillas pero ninguna persona en ellas.
«No puede ser que yo llegue a las 10:30 y no haya ningún hueco porque dejan las sombrillas. Me parece muy bien que se las lleven», ha aplaudido Isabel, una vecina de Alzira que veranea en la ciudad de la Ribera Baixa.
La ordenanza municipal de Cullera señala que «queda prohibido dejar en la playa, sin la presencia de su titular o responsable, parasoles, sillas, mesas o cualquier otro elemento con la finalidad de pretender la reserva de un espacio público como es la playa. Los empleados municipales o la Policía Local podrán retirar los elementos nombrados en el punto anterior y depositarlos en dependencias municipales, dado que tendrán la consideración de elementos abandonados en espacio público y serán considerados instalados irregularmente».
Esta ordenanza además señala que «esta conducta se considerará infracción, por lo cual el infractor tendrá que hacer efectiva la sanción correspondiente, antes de retirar los utensilios de las dependencias municipales», aspecto que no se aplica.
Las multas van desde los 300 a 1.500 euros dependiendo de si se trata de una falta leve o grave. Cuando una persona reincide tres veces, colocando sus enseres sin supervisión, se convierte en grave y la sanción sería mayor.
Por el momento, el Ayuntamiento de Cullera no se plantea sancionar económicamente y la medida de retirar las sombrillas quiere ser disuasoria ya que causa molestias a los propietarios que tienen que desplazarse para recoger sus trastos.
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