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a. talavera
Miércoles, 9 de junio 2021
La visita del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, y de la delegada del Gobierno, Gloria Calero, a Alzira para tratar ... la problemática de las inundaciones en la Ribera había ilusionado a vecinos y alcaldes ya que esperaban que se tratara de un punto de inflexión para conseguir una solución real.
Sin embargo, una vez más, se anunciaron estudios y se realizaron promesas de ejecución de obras pero sin concretar fechas ni partidas presupuestarias. Una situación que lleva repitiéndose desde el año 2000, como el mismo director técnico de la CHJ expuso en su presentación de antecedentes, por lo que el nuevo anuncio sembró incertidumbre entre los asistentes.
«No se ha parado de trabajar pero las cosas llevan su tiempo. Cuesta mucho desde que se plantea hasta que se acaba«, justificó Polo a la falta de actuaciones en estos años. Y es que los proyectos redactados en el Plan frente a inundaciones de la Ribera del año 2000 no llegaron a ejecutarse por el cambio en la legislación que obligaba a analizar el balance coste-beneficio.
En las próximas semanas se firmará el contrato con la empresa encargada de presentar cinco alternativas para evitar las inundaciones en la Ribera pero este proceso tendrá un plazo de 24 meses. Esto provoca que se vuelva a retrasar el inicio de alguna actuación pese a considerarse prioritaria este punto tanto por los municipios afectados como por el propio Gobierno, como ha resaltado la delegada. El único avance que se ha conseguido ha sido que la CHJ ha anunciado que no esperará a la finalización de los dos años para iniciar la ejecución de los nuevos proyectos.
En este sentido, el alcalde de Carcaixent, Paco Salom, propuso que «se hagan compatibles las actuaciones de largo recorrido con las puntuales porque siempre estamos pendiente de un estudio que no llega».
Y es que han sido muchos los estudios y proyectos presentados a lo largo de las últimas décadas que no se han materializado, por el cambio de legislación ya citado o por no ser viables económicamente.
En esta ocasión, los municipios centran su esfuerzos en que la CHJ actúe en los barrancos de la Casella y Barxeta que afectan tanto a Alzira como a Carcaixent. Una iniciativa que entrará dentro de los nuevos estudios técnicos de la Confederación pero que se desconoce su posible ejecución aunque se han comprometido a que sea uno de los primeros que se empiece a analizar.
«La apuesta del Gobierno es actuar en las zonas inundables, no podemos perder más tiempo. Trabajaremos con la máxima rapidez para tener proyectos ejecutables en el menor tiempo posible», afirmó Calero que también aseguró ante los presentes que se pondrán a disposición de este tipo de iniciativas «todos los recursos disponibles».
El presidente de la CHJ además descartó que la entidad vaya a entrar en problemas puntuales que sólo afectan a un municipio, como el resto de barrancos que inundan Alzira, ya que «buscamos soluciones globales», defendió.
Tras estas declaraciones, Ciudadanos Alzira criticó que no se plantee ninguna solución a corto o medio plazo, «vuelven a hacernos promesas a los alcireños sobre nuevos estudios globales, iniciándolos desde cero, desechando los que ya había».
Desde hace años son muchas las críticas que hacen los municipios por la falta de limpieza en los cauces de ríos y barrancos. La CHJ no actuaba en este aspecto por falta de presupuesto y, en algunas ocasiones, delegaba en los ayuntamientos este mantenimiento. El nuevo presidente de la entidad se mostró contrario a eliminar las cañas de los barrancos. «Lo que mejor previene el efecto devastador de las riadas es la vegetación de la ribera. Preferiríamos que no hubieran cañas y que fuera autóctona pero son mejores las cañas que nada. Limpiando los barrancos no se mejora la situación. La vegetación disminuye la velocidad del agua, produce desbordamientos de menor calado y menor efecto», afirmó Polo.
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