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a. talavera
Viernes, 21 de mayo 2021, 10:30
Las ruinas del Monasterio de Nuestra Señora de la Murta en Alzira son actualmente el símbolo de uno de los parajes más bellos de la provincia de Valencia. Sin embargo, hasta hace dos siglos este edificio aún estaba habitado por la orden de los ... Jerónimos que residieron en este valle durante más de 430 años.
1821 supuso un punto de inflexión ya que debido a la desamortización se abandonó este cenobio. Esto fue el principio del fin de este monasterio que comenzó a deteriorarse y a ser saqueado hasta llegar a la actualidad donde apenas aguantan la Torre dels Coloms y unos arcos.
«El abandono del monasterio supuso también el abandono de las tierras y el que buena parte de su patrimonio: artístico (cuadros), documental (archivo y biblioteca con sus manuscritos y libros ) y objetos religiosos (ornamentos, reliquias, etcétera) de valor pasaran a formar parte de museos, archivos e iglesias«, explica el cronista y archivero de Alzira, Aureliano Lairón.
En 1823 los monjes volvieron pero apenas residieron unos años más hasta que con la conocida desamortización de Mendizábal se vendió el monasterio en 1833 por 126.000 reales, según detalla el historiador Bernardo Montagud. Poco después este cenobio se convertiría en ruinas.
El cronista de Alzira que centró su tesis doctoral, precisamente en este monasterio, comenta que la mayor época de esplendor fue, «indudablemente, aquella en la que estuvo bajo la protección de la familia Vich, sobre todo el siglo XVII. El mecenazgo que ejerció esa familia fue importante y de hecho el monasterio, cerca de sus señoríos devino en su panteón familiar».
Sin embargo, según algunos historiadores como Tomás Peris y Julia Campón el balance patrimonial del cenobio era por lo general negativo al ser uno de los más pobres del Reino de Valencia.
Ya, en la historia más reciente, sobre los años 80 del siglo XX, hubo un intento de «recuperar su función original, en la época en que fue arzobispo de la Diócesis Miguel Roca Cabanellas», comenta Lairón pero finalmente no fructificó.
No fue hasta 1989 cuando todo este conjunto patrimonial fue adquirido por el Ayuntamiento de Alzira. Desde este momento el objetivo ha sido conservar y recuperar el monasterio, un fin que ha estado en la agenda de todos los equipos de gobierno sin que se haya avanzado demasiado. Actualmente la prioridad es preservar la Torre dels Coloms que todavía se mantiene en pie pero que se encuentra en estado crítico. La recuperación del monasterio, por el momento, no se plantea debido al gran coste que supondría.
Sobre la torre existe un proyecto por parte de la dirección general de Patrimonio valorado en cerca de un millón de euros para rehabilitar esta construcción y convertirla en un museo. El Ayuntamiento también ha solicitado una subvención al Ministerio de Cultura sin respuesta.
Mientras tanto, la torre sigue degradándose cada vez que llueve al carecer de cubierta. Una situación límite que pone en riesgo la huella que todavía queda del monasterio que un día fue sede de los monjes Jerónimos.
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