El director que hace de conserje

Un instituto con 1.200 alumnos, abierto de ocho de la mañana a 22.40 horas, con estudiantes de secundaria, bachiller y ciclos formativos, pero sólo con un conserje. Es el caso del María Enríquez de Gandia, uno de los centros más grandes de la Safor y que imparte clase a jóvenes de varias poblaciones cercanas.

El centro académico tiene asignados a cinco conserjes, pero sólo cuenta con uno en activo, las obras cuatro plazas están por cubrir. No es la primera vez que se da esta situación.

El problema se arrastra desde hace varios meses y no es la primera vez que ocurre. «En los últimos meses hemos perdido a estos profesionales y no se han repuesto, pese a que hemos avisado a los responsables de inspección educativa», ha indicado el director del instituto Juan Miguel Natek.

Esta situación obliga al propio director, a la vicedirectora y a otros profesionales del equipo directivo a sentarse en la mesa del conserje cada mañana e ir turnándose para controlar los accesos o coger el teléfono: «Hay que abrir las puertas, hacer fotocopias, vigilar las puertas y muchas otras cosas».

Fuera de horario

El director ha añadido que los responsables del centro tienen que dejar de hacer su trabajo habitual para ejercer las labores de conserje y evitar así que el centro se pare. Es más, tienen que acudir al centro fuera de su horario para que todo esté «en orden y preparado cuando el instituto tiene que abrir sus puertas a primera hora».

«Como sólo hay un conserje, no puede cubrir todas las horas que este centro está abierto, por lo que cuando no está el único profesional con el que contamos, somos nosotros quienes hacemos este trabajo, de lo contrario el centro no arrancaría cada día», ha precisado Natek.

El director ha explicado que él y otras personas del equipo directivo se ven en la «obligación de ir antes de que abra el centro por las mañanas». «Es un instituto con cuatro accesos y tenemos que abrirlos todos para que puedan entrar los alumnos de forma escalonada».

Pero ese no es el único problema: «El día es muy largo en el María Enríquez, desde las ocho de la mañana hasta casi las 23 horas el centro está operativo y son muchas las necesidades que surgen a lo largo de la jornada y que tenemos que solventar ante la falta de cuatro conserjes».

Luces y alarmas

El director del instituto ha explicado que tienen que encender y apagar las luces del centro, activar la alarma y revisar que todo esté listo para poder cerrar cada noche. «Es el trabajo del conserje, pero si no hay tenemos que hacerlo desde el equipo directivo». Hasta la caldera del recinto tienen que poner en marcha o ver qué le ocurre en caso de que dispare.

Natek ha añadido que si se tratara de un caso puntual «no habría problema», pero es una situación que se arrastra desde hace tiempo. De hecho, el curso pasado ocurrió algo similar y se quedaron si conserjes, aunque tras la queja desde el Consell les enviaron personal «con celeridad», pero «ahora no hacen caso a las peticiones».

Pero ahora la cosa va a más. «Nos faltan plazas por cubrir desde hace siete meses, eso no es muy normal». El director ha explicado que de los cuatro conserjes que faltan, dos no están por que se han ido a otros centros pero desde el Consell «no han cubierto estas plazas».  «Uno se marchó hace siete meses y otro hace unos días», ha precisado.

A esto hay que sumar las bajas laborales de otros dos profesionales que tampoco se cubren: «Una de ellas es del 15 de noviembre y la segunda de esta misma semana». El director entiende que puede haber días de margen mientras se recurre a otros profesionales, pero que es incomprensible que no se cubran vacantes de siete meses o bajas de más de dos. Mientras tanto, tanto Natek como el resto del equipo directivo tendrá que seguir abriendo las puertas del centro y controlando los cuadros de luces.

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