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Gandia
Viernes, 26 de febrero 2021, 01:15
Un estudio desarrollado por el Campus de Gandia de la UPV y el Hospital Francesc de Borja concluye que los recién nacidos que permanecen internados en la unidad de neonatos están expuestos a niveles de ruido cercanos al límite fijado para instalaciones sanitarias.
En estas salas, se interna a los pequeños que nacen de forma prematura o a aquellos que tras llegar a la vida sufren algún tipo de dolencia que obliga a prestarles cuidados especiales, "por una infección", por ejemplo, precisó el jefe de Pediatría del centro de Gandia, José Miguel Sequí.
El jefe de Pediatría del hospital de Gandia. José Miguel Sequí.
El trabajo lleva por título 'Neovibra' y los investigadores han sido la titular de universidad de la UPV Romina del Rey, profesora del Campus de Alcoy e investigadora en Gandia, y Sequí, jefe de Pediatría, con las aportaciones de la alumna Gema González, que ha desarrollado un trabajo fin de master.
Del Rey explicó que en instalaciones sanitarias "el nivel global de aceleración permitido (vibración) es de 72 decibelios", pero este parámetro está pensado sólo para adultos, por lo que no hay indicadores que hablen de niños o recién nacidos. Se han realizado hasta 800 mediciones. "La cosa cambia cuando hablamos de neonatos, sobre todo, cuando nacen antes de tiempo y pasan del útero a una incubadora", apostilló.
Hay factores, indicó que hacen que hacen intuir que el "ruido y las vibraciones" podrían llegar a afectar a los bebés en el futuro: "No hay estudios, pero son pequeños que pasan de estar aislados en la barriga de su madre a una incubadora".
"Ahí hay vibraciones de las máquinas, luces de la sala y ruidos de cortinas o puertas, algo que en el útero no sufren. Estas exposiciones alteran su ritmo cardíaco y podrían crear algún desajuste cerebral o en el metabolismo", apuntó el experto.
Por ello, el trabajo aporta soluciones. "Ya se han retirado elementos que hacen ruido", dijo Sequí. Del Rey apuntó al cambio de materiales en algunos aparatos para amortiguar la vibración, que al final es ruido: "Se pueden emplear textiles técnicos para los colchones que reduzcan el impacto y otros materiales para las ruedas de cunas o carros que eviten vibraciones". El proyecto ha estado financiado por una ayuda de Polisabio. Del Rey explicó que quieren hacer extensivo este estudio a otros centros como el hospital de Alcoy.
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