ó. de la dueña
Gandia
Miércoles, 28 de abril 2021
Los vecinos de un tramo del barrio de Sant Enric de Gandia, una de las calles del distrito del Raval, viven como si tuvieran sus casas en el campo. No tienen alcantarillado ni aceras desde hace 50 años, que recuerden, y aseguran pagar su Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) «y no barato». Sant Enric es una calle dividida en dos tramos por el puente del Raval. La zona «olvidada», como los vecinos la llaman, es la que va en dirección a la antigua carretera de Almoines y donde está el retén de la Grúa.
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En esta vía hay más de una decena de edificaciones, pero en varias de ellas hay más de una vivienda. «No sabemos donde van las aguas residuales. Compramos la casa hace 35 años y quien nos la vendió dijo que estaba todo en orden», precisó Francisco Álvarez, uno de los propietarios. Tanto este vecino como su mujer se sorprenden del paso de personas por esa calle: «Por aquí solo circulan camiones que llevan coches al depósito y que han destrozado la calzada».
De hecho, en la vía se aprecian los socavones en varios tramos. «Cuando caen cuatro gotas, con cualquier lluvia, por corta que sea, la calle se llena de agua», precisó la propietaria. El motivo es que no hay alcantarillado y, por supuesto, tampoco trampillas para recoger el agua.
«Esto es un desastre. Por aquí no viene nadie. Creo que ni en elecciones acuden a pedirnos el voto. Nos tienen completamente abandonados», dijo Álvarez. Otro de los aspectos que esta vía esté aislada de Gandia es la falta de aceras. «No hay nada y nunca se ha hecho nada», dijo la vecina. «En ocasiones nosotros hemos tirado algún material para diferenciar la calzada de la parte más cercana a las casas, para evitar peligros», añadió. Esto genera más problemas.
Cerca de estas viviendas hay algunos negocios: «Gracias a que se construyeron esas naves se colocaron farolas junto a ellas, nosotros no tenemos. Muchas de las personas que acuden a estos establecimientos aparcan en nuestras puertas».
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Pero no sólo se queja este matrimonio. Toni Castillo es un joven que dice que nació en esta calle: «En 40 años aquí no se ha hecho nada». Dijo que en ocasiones ha trasladado quejas a algunos políticos pero que todas han caído en «saco roto».
«En mi caso tengo fosa séptica y me cuesta vaciarla cerca de 200 euros al año, pagando el IBI como cualquier vecino de Gandia», precisó. Castillo contó, además, que tuvo también la oportunidad de hablar con la alcaldesa de Gandia, Diana Morant. «Coincidimos en una ocasión y le expliqué la problemática. Todo sigue igual», añadió.
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El concejal de Urbanismo, Pep Alandete, explicó que es posible que algunas casas no tengan conexión al alcantarillado, pero que en esa zona existe una acequia antigua que recoge aguas residuales de las viviendas que se hayan conectado a lo largo de los años.
El nacionalista entiende que es posible que algunas casas optaran por hacerse una fosa séptica y evitar los gastos de conexión a este conducto, pero dijo que está cerca. Añadió que el Plan de viales contempla mejoras en calles cercanas, como Marroc.
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