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El traje de James Bond se ha convertido en un símbolo mundial de elegancia.

Vestido para matar

El traje, el esmoquin, el coche, el reloj... Todo es puro lujo alrededor del agente secreto más elegante del mundo. James Bond, ahora vestido por Ford, Tom Ford, sigue siendo un valor de moda

IRMA CUESTA

Miércoles, 28 de octubre 2015, 20:06

Quién le iba a decir al verdadero James Bond, el naturalista americano autor de un sinfín de tratados sobre aves, que con el paso del tiempo su nombre quedaría grabado en la memoria de millones de personas asociado, no a su labor como ornitólogo, sino al personaje que Ian Fleming creó en 1953. Tampoco entonces, cuando el escritor buscaba un nombre para su espía, "reve, anglosajón y masculino", y se decidía por usurpar el del autor de aquella Guía de pájaros de las Indias occidentales que descansaba sobre la mesita, pudo sospechar que su agente secreto se convertiría, además de en un mito, en una de las más preciadas máquinas de hacer dinero de la historia. Y es que, esa pseudoclandestinidad en la que se mueve el señor Bond desde que su creador le obligó a enfrentarse al doctor No, no es nada comparada con la que hoy rodea a la marca del agente con licencia para matar. En estos 52 años, Bond, James Bond, se ha convertido no solo en el icono de la elegancia británica y el mejor embajador de Su Majestad, sino en el más codiciado cartel publicitario del planeta.

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Aston Martin

  • LOS COCHES

  • Pocas cosas ligan mejor el lujo y los británico que una de esas máquinas de cuatro de ruedas unidas a la historia del personaje desde 'Casino Royale' (1965). En 'spectre', Bond conduce varios DB10 especialmente diseñados para la ocasión. Siete de ellos han quedado para el desguace. Nada menos que 32 millones de euros a la basura.

  • Aston Martin ha decidio festejar su relación con el agente especial lanzando una edición limitada (150 unidades), denominada Bond Edition, de su modelo DB9 GT 226.000 euros, motor gasolina V12 de seis litros y 547 caballos. Nada menos.

Conscientes de que todo lo que toca Mister Bond se convierte en oro, la larga lista de encantados de conocerle la encabeza el diseñador Tom Ford. El modisto americano, encargado hace unos años de hacer resurgir de sus cenizas a la mítica Gucci, volverá a vestir al espía más elegante del mundo en 'Spectre', la que será la cuarta película de la saga con Daniel Craig como protagonista (se estrena el 6 de noviembre).

Ford ya ha declarado su amor eterno al personaje. "Él condensa la elegancia del hombre de mi marca, su estilo y su amor al lujo. Es un honor seguir adelante con este personaje tan icónico", ha dicho el diseñador texano que, desde que comenzó a surtir el armario de 007 en Quantum of Solace (2008), ve crecer los beneficios de su línea masculina con la misma alegría con la que el sujeto al que viste se enfrenta a su larguísima lista de enemigos.

Los expertos en estilismo nos abren los ojos a los no iniciados apuntando que Ford diseñó una chaqueta estrecha y de dos botones, que bautizó con el nombre de Regencia, para Quantum of Solace; que para 'Skyfall' prefirió el modelo O'Connor -mucho más recta y armada, sin puños de seda y con tres botones-, y que aparcó el tradicional abrigo de pelo de camello con doble botonadura. Ahora, con 'Spectre' a la vuelta de la esquina y apenas un par de trailers que llevarse a la boca, los estilistas y blogueros de moda de todo el mundo andan enloquecidos.

De momento sabemos que el creador americano ha diseñado para la nueva entrega seis tipos de traje entre los que se incluye un esmoquin con solapa estrecha color marfil que, si uno tiene mucho capricho, puede comprar por la nada desdeñable cantidad de 2.530 libras esterlinas, y unos pantalones de noche que al común de los mortales le saldrían por otras 850.

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En cualquier caso, antes de que Ford se hiciera cargo del armario del famoso espía, la responsable de su guardarropa fue la casa Brioni. Tampoco ellos, que hicieron de Pierce Brosnan un tipo imponente en su etapa bondiana, eran británicos. Lindy Hemming, la mujer que desde 'Goldeneye' (1995) se encarga del vestuario de 007, ha contado que dejaron el asunto en manos de la casa romana porque su estética era muy próxima a la de la Gran Bretaña. Brioni, además, no es cualquier cosa. Fundada en 1945, la marca vistió a personajes de la talla de Gary Cooper y Clark Gable y sigue arropando con sus creaciones a gente como Kofi Annan y Richard Gere. En recuerdo de la estrecha relación que la marca italiana mantuvo con 007 crearon la chaqueta Bond, a tres mil euros la pieza.

La Milla de Oro de los sastres

Pero, mucho antes del desembarco italiano, el incombustible agente se vestía donde a Ian Fleming le gustaría que siguiera haciéndolo: en Savile Row; la calle del londinense barrio de Mayfair conocida como la Milla de Oro de la sastrería. Algunos de sus clientes son el príncipe Carlos de Inglaterra, Alberto de Mónaco y Jude Law; antes se vistieron allí Napoleón III, Churchill y De Gaulle. De esa calle, y de las manos de Cyril Castle, Anthony Sinclair y Douglas Hayward salieron los trajes que lucieron Roger Moore, Sean Connery, Timothy Dalton y George Lazenby, el Bond menos conocido, que también estuvo Al servicio de su Majestad.

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En opinión de Carlos Castillo, creador y director de la marca española Man 1924, aquellos fueron, sin duda, los mejores tiempos de Bond. El dueño de esta firma de ropa masculina, considerado por el influyente blog The Sartioralist uno de los hombres más distinguidos del mundo, no tiene reparos en reconocer que no le gusta Daniel Craig. "Está bien, pero no tiene clase. Y la ropa, aunque hace mucho, no lo es todo. Craig es un tipo mazado. Una cosa es estar fuerte y tener aspecto deportivo y otra rozar la estética culturista. Quizá sea ese porte el que hace que sus trajes, por mucho que sean de Tom Ford, parezcan prêt-à-porter del malo". Castillo cree que a los trajes de Craig le fallan las tripas, que deberían ser más sartoriales: "Una chaqueta tiene que ser anatómicamente perfecta y al actor, que además no deja de moverse, buena parte de ella se le queda rígida", dice sin esconder que, de entre todos los 007, elige la elegancia de Moore, Roger Moore.

Gustos al margen, uno comienza a explicarse por qué tanta reserva alrededor del atrezzo de la próxima entrega cuando escucha hablar del volumen de dinero que mueve la marca. ¿Una prueba? WikiLeaks filtró el pasado mes de abril un correo electrónico confidencial que reveaba detalles relativos a los cinco millones de dólares presupuestados por Sony Electronics para que, cuando Craig meta la mano en el bolsillo y saque un teléfono, sea el Xperia Z5.

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El acuerdo contempla otros cinco millones como contribución a la producción y un compromiso de 18 millones más para una campaña de publicidad.

Dicho esto, es difícil dejar de pensar en la cantidad que habrá puesto Omega sobre la mesa para que el espía haya aparcado el Rolex Submariner y luzca ahora en la muñeca un Seamaster; o cuánto ha desembolsado Heineken para alinearse a la marca y Velvedere para que los Dry Martini -mezclados, no agitados- que tanto le gustan se hagan con ése y no con cualquier otro de los muchos vodkas que pueblan el mercado.

Es verdad que también hay colaboraciones no buscadas. En 2006, cuando Lindy Hemming andaba buscando complementos para el vestuario de Casino Royale, la estilista se topó con unos polos, calzoncillos y trajes de baño en Sunspel, un clásico de las boutiques de lujo, y, simplemente, los compró. "Estamos tan encantados de que nuestra relación no sea pagada, como de saber que lleva nuestros calzoncillos todos los días", reconoció hace unos días Nicholas Brooke, ejecutivo de la firma, al Financial Times, la biblia de las finanzas que coloca la marca Bond a la cabeza de los valores más seguros del mercado.

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De que la máquina de hacer dinero goza cada día de mejor salud dan fe los 1.108 millones de dólares que recaudó 'Skyfall' en 2012. Una cantidad nada despreciable si tenemos en cuenta los 200 millones que costó hacerla y que ahí no computan ni una sola de las ganancias colaterales que engordan el negocio. Si alguien necesita otra prueba para confirmar que la marca está más viva que nunca, solo tiene que revisar los desfiles de moda masculina para la primavera de 2016 celebrados en París: Yamamoto presentó su colección al son de la banda sonora de 'Dr. No'. Hace ya tiempo que Bond es mucho más que un agente #secreto. Palabra del Times, Financial Times.

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