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Reconstrucción virtual del asentamiento a orillas del río Milans, visto desde el abrigo del Molí del Salt, donde se encontraría el artista cuando hizo el grabado (arriba).

Un callejero de hace 13.800 años en Tarragona

Descubren un grabado con el mapa de una aldea prehistórica en Molí del Salt

Luis Alfonso Gámez

Lunes, 7 de diciembre 2015, 20:21

Investigadores españoles han identificado en una placa de esquisto del yacimiento prehistórico del Molí del Salt (Tarragona) un grabado que representa un mapa de un campamento de cazadores-recolectores de hace unos 13.800 años. «No hay nada parecido en todo el arte paleolítico. Es la representación más antigua conocida de un paisaje arquitectónico», ha indicado a este periódico Marcos García Díez, prehistoriador de la Universidad del País Vasco y, junto con Manuel Vaquero, de la Universidad Rovira i Virgili, autor del estudio sobre la pieza que publica la revista PLOS ONE.

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El Molí del Salt es un abrigo situado a unos 50 kilómetros al oeste de Barcelona, en la orilla izquierda del río Milans, un pequeño afluente del Francolí. Las primeras catas en el yacimiento se hicieron en 1999 y desde 2001 se han encontrado en él restos de fauna y de industria lítica de entre hace 13.000 y 15.000 años. La pieza con la representación de la aldea prehistórica se desenterró durante la campaña de 2013. Tiene 18 centímetros de largo por 8,5 de ancho. En una de sus caras, presenta grabados siete motivos semicirculares que los investigadores sospecharon desde el principio que podían ser cabañas.

Al otro lado del río

«Nos preguntamos si se trataba de chozas y, si así era, si todas habían sido grabadas al mismo tiempo con el mismo instrumental». Lo primero que comprobaron es que las cabañas de los cazadores-recolectores actuales tienen una forma similar a las de la placa y una relación entre altura y anchura que, en general, supone que una choza es «ligeramente más ancha que alta o tan alta como ancha», explican los investigadores en PLOS ONE. «El estudio microscópico del grabado demostró que todos los motivos se hicieron con la misma herramienta, utilizando la misma técnica y siguiendo un patrón similar, lo que significa que son obra de una misma mano y fueron hechas en un corto espacio de tiempo», destaca García Díez. El grabado representa lo que veía al otro lado del río, a unos 100 metros, el artista desde el abrigo del Molí del Salt. «Es el paisaje de un poblado, una fotografía de la realidad, con su profundidad de campo correspondiente, que hace que la primera choza de la izquierda sea más grande que las dos que aparecen a su derecha y también que las que tiene detrás».

La imagen se corresponde con lo que los arqueólogos han encontrado al otro lado del río: restos de un asentamiento al aire libre con acumulaciones de materiales -serían las chozas- separadas por espacios vacíos. El tamaño de las bandas de cazadores-recolectores actuales oscila entre el mínimo de dos y el máximo de diez chozas «cuando se reúnen clanes para intercambiar material, relaciones sociales o actos simbólicos». El mapa del Molí del Salt correspondería a uno de estos últimos casos, a una reunión de cerca de una treintena de individuos de varios grupos humanos que un artista prehistórico decidió inmortalizar.

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