El ascenso de la guerrera Inma

En el momento más duro de sus vidas Toni Ibáñez se ató a la cintura una cuerda para no dejar caer a Inma Boscà. El mito del lazo rojo de las culturas orientales por el cual dos personas se unen para siempre se hacía visible en la pareja valenciana. Hace 27 años que se conocen. En 2013 les cambió la vida y pasaron de ser una pareja, a convertirse en uno: Los Mejores Guerreros.

«Nuestra historia es un poco peculiar, porque Inma, tiene una enfermedad rara, que le provocó una lesión medular. Buscábamos soluciones para mejorar su calidad de vida, para encontrar una solución a su enfermedad. Empezamos a hacer rehabilitación porque veíamos que era la única salida, no teníamos diagnóstico, no sabíamos contra qué luchábamos, sólo veíamos que este trabajo físico era positivo», comenta Ibáñez. Así empezaron los viajes a Madrid dos días a la semana para visitar a especialistas. «Ahora estamos en la Fundación de Rehabilitación Neurológica de Valencia (FIVAN)», añade Inma. «Al final, todos estos trabajos fisioterapéuticos suponen un gasto enorme para una familia normal como nosotros, que somos trabajadores normales. Te gastas 1.200 euros extra al mes, es inviable. Después de fundirnos todos los ahorros, empezamos a correr, con la intención de buscar patrocinadores para poder costear un poco la rehabilitación», añaden.

Toni empezó a correr por la montaña y grababa vídeos que luego enseñaba a Inma: «Yo los veía y me parecían preciosos». A lo que él añade: «Siempre intentaba explicarle mis sensaciones hasta que un día pensé que habría que buscar algún modo de que ella pudiese venir conmigo. El deporte también es una forma de rehabilitación». Lograron una handbike, una bicicleta que permite pedalear con los brazos, para Inma. Pero el asfalto les sabía a poco. Así que lograron unas ruedas adaptadas (más o menos) para montaña. Decidieron afrontar terrenos escarpados y senderos zigzagueantes para descubrir la belleza que se vislumbra desde la cima. Aquella primera vez quedará grabada en sus respectivas memorias para siempre: «Lo recuerdo espectacular. Es que encima, no sé si era la emoción nuestra o qué, pero el día era perfecto la temperatura perfecta, la montaña estaba realmente preciosa. Recuerdo que había llovido antes mucho y entonces la montaña saca esos colores tan preciosos, los marrones y verdes son más intensos».

Tuvieron que esperar para ponerse un dorsal. Fue en 2021: «Llamábamos a las carreras para preguntar si podíamos competir y nos decían que no, pero en Tarragona nos abrieron las puertas. Y nada, ahí fuimos». La experiencia, en el Legatus Ultra Trail de 74 kilómetros de recorrido, para repetir: «Después de una jornada de intensas lluvias, con mucho barro y trece horas de montaña, fuimos capaces de hacer la carrera entera. La llegada fue maravillosa, la gente alucinaba». Y así se convirtió Inma en la primera persona en el mundo en completar un autotrail en silla de ruedas.

Cuando se les cuestiona por los tramos complicados en montaña, ellos lo tienen claro: «¡Si no, no sería la montaña! Mucha gente alucina cuando ve por dónde pasamos, si es totalmente inviable pasar, la organización modifica un poco, pero siempre debemos completar la misma distancia con igual desnivel». Ellos son los pioneros, muchas personas que aman la montaña y van en silla de ruedas los ven como referentes.

Ahora Los Mejores Guerreros están inmersos en la preparación de su próximo reto: Desafío Gamán. «Iremos desde Llança hacia Andorra la Bella. Son 300 kilómetros que haremos en cinco etapas. La recaudación, que se puede realizar a través de los perfiles de redes sociales de Los Mejores Guerreros irá destinada a la Asociación de Fibrosis Qúistica de Cantabria en un 50% y el restante será para seguir cubriendo los gastos de la rehabilitación de Inma». En esta escalada de sus vidas, cuentan con el respaldo de muchas personas, como de especialistas como a José María Montesinos o Clara, quienes cuidan de la salud de Inma.

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