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Sorokin, a la derecha, junto a Iván Penalba, que tiene a su izquierdaa Sebastian, el entrenador del lituano. lp

El atleta capaz de llegar corriendo de Valencia a Madrid en un día

El lituano Aleksandr Sorokin, que en 2019 tenía sobrepeso y trabajaba como crupier, completa casi 319 kilómetros en 24 horas

Jueves, 22 de septiembre 2022, 00:38

Aleksandr Sorokin, el atleta lituano que tiene desde el domingo rendido al mundo del ultrafondo, sería capaz de correr de Valencia a Madrid en un ... día. O si quieren afinar mucho, en menos de 26 horas. No más. El fin de semana fue campeón de Europa de 24 horas al completar 318,825 kilómetros, pulverizando su propio récord del mundo, que tenía fijado en 309,33. Esto es, se pasó un día dando zancadas sin descanso a un ritmo medio de 4.30 minutos el kilómetro. O, si así se hacen mejor a la idea de la magnitud de la gesta, 13,28 kilómetros por hora: casi el doble de lo que se considera caminar rápido.

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La brutalidad de la gesta de Sorokin tiene mayor mérito con el dato de que hace tres años tenía un estilo de vida sedentario, fumaba y desde luego no seguía un plan de nutrición saludable. Así durante una década, desde que se bajó del kayak, ya que hasta ese momento había sido deportista de élite. Eso se tradujo en un notable sobrepeso que la báscula cuantificó por encima de los 100 kilos. Trabajó como crupier en un casino hasta pocos meses antes de la pandemia. Un buen día le cambió el chip. Dejó su existencia entre naipes y se marcó un 'all in'. Retomó la actividad física y, en lugar de volver a remo, le dio por correr.

Se sentía a gusto, fue progresando y progresando... Cada vez se atrevía con distancias mayores hasta que lo engulló el ultrafondo. El flechazo llegó porque un amigo le propuso correr una carrera de 100 kilómetros y le salió sorprendentemente bien. Sorokin descubrió que el éxito en estas modalidades requiere fortaleza mental y una disciplina marcial. Y tanto él como su pareja han estado dispuestos a pagar ese precio. La comida basura ya sólo se la permite durante la competición, como fuente de energía de asimilación rápida.

A sus 41 años, es raro que compita más de tres veces por temporada: una carrera con Lituania y un par con contrato, donde se asegura un fijo más allá de los premios que consiga a base de zancadas. Y en los eventos, concentración estricta, como el que busca la productividad máxima en su puesto de trabajo. En campeonato de Europa de este fin de semana también participó el valenciano Iván Penalba: «Es amable, un buen tipo, pero él viene a lo que viene. No es de los que cuando acaban se quedan en la meta charlando. Llegó un asistente, le puso una sudadera con capucha para que no se enfriara, y se lo llevaron al hotel en transporte privado. Luego vino para la ceremonia del podio y se fue».

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'Veni, vidi, vici', podría haber dicho, como si fuera un legionario. O un gladiador, un espartano... póngale los tintes heroicos que quiera, pero así es la preparación de Sorokin. Se levanta todos los días temprano y más de una vez a la semana alcanza los 50 kilómetros, pero siempre pasa de 40. ¿Los ritmos? Agárrense: A 4 minutos el kilómetro, incluso es capaz de bajar a 3.50. Luego descansa y, a primera hora de la tarde, tiene programada una sesión en el gimnasio. Antes de cenar sale a rodar –a trotar– otro rato a ritmo ya más tranquilo... que no se crean, al runner medio le costaría seguirlo.

Cuando se aproxima una de las competiciones, todavía es capaz de darle una vuelta de tuerca más a su puesta a punto: viaja entre cinco y seis semanas antes a Kenia para entrenarse en altura. «Está muy centrado en esto», comenta Penalba. Hombre de pocas palabras, Sorokin, por ejemplo, era el abanderado de Lituania pero no acudió a la ceremonia de apertura del Campeonato de Europa de Verona.

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Se quedó descansando en el hotel, concentrado, visualizando una gesta que asombró al mismísimo Kilian Jornet: «¡Esto es una locura! ¡Felicidades Aleksandr!». En la élite del ultrafondo hay una notable camaradería. Sorokin está en un selectísimo grupo de Facebook donde también participa Iván Penalba: «Intercambiamos nuestras sesiones de entrenamiento, nos animamos unos a otros, y muchas veces Sebastian, su entrenador, nos aconseja».

Penalba subraya que Sorokin es un ejemplo de que con trabajo en todas las facetas, se puede. «Yo, por ejemplo, en la selección dije que podría aportar 270 kilómetros», señala. Hizo algo más de 274. «De él he aprendido que esto es muy mental. Me convencí de que podía hacer semanas con 300 kilómetros y en cuanto lo visualicé, lo logré sin problema», comenta el valenciano. El lituano ha compartido en ese grupo semanas de hasta de 350.

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También es cierto que Sorokin está a otro nivel. Con más de 22.000 seguidores en Instagram, es una estrella en Lituania. Le patrocina, entre otras marcas, Nike. «Enseñó su maleta y tenía como siete pares de Vaporfly... yo me pago las zapatillas», indica Penalba. Además, tenía cinco asistentes personales trabajando para él desde que salía de la habitación del hotel. España llevó a tres para todos sus atletas. El descanso también cuenta. No busquen ahora a Sorokin: ya avisó a sus compañeros del grupo de colosos que va a desaparecer dos semanas para disfrutar de tiempo de calidad con su mujer. Y luego, a preparar la siguiente gesta.

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