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Los rollos de chips se dividen en partes pequeñas. JESÚS SIGNES

La colmena del medio maratón de Valencia

LAS PROVINCIAS acompaña a los voluntarios de la SD Correcaminos que preparan los dorsales que lucirán los 25.000 corredores de la carrera del 27 de octubre

Lourdes Martí

Valencia

Domingo, 20 de octubre 2024, 00:56

Reme, Jesús, Michelle, Paco y Esther ya están en marcha. Sus manos, llenas de tinta como huella de los rollos en los que van los chips que posteriormente pegarán en los dorsales del Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich.

Es once de octubre y el 27 la ciudad del running se dispone a correr sus 21.097 metros. Hoy espera la primera remesa de esos 25.000 dorsales que lucirán los inscritos en la prueba. Unas tres horas antes de recibirlos quedan para dejarlo todo a punto. Ellos son algunos de los miembros de la SD Correcaminos, club organizador del evento junto al Ayuntamiento de la ciudad, que se ofrecen voluntariamente para ayudar a que las grandes carreras de la ciudad sean posibles. Aunque no son los únicos.

Llaman La Colmena a la sala donde empieza y concluye un proceso que tiene como paso siguiente llevar a Expo 21K Feria Valencia los sobres que los corredores recogerán como paso anterior a ponerse detrás de la línea de salida de la carrera. Esther Zazo, la responsable de esta tarea, entre muchas otras, explica que el trabajo para ellos arranca antes: «Una vez concluyen las inscripciones nos llegan lo que se llaman las actas finales. Ahí nosotros miramos que aquello que se tiene que imprimir en el dorsal esté correcto, es decir, que salgan bien los logotipos, patrocinadores y demás. Posteriormente lo enviamos a diseño, a maquetación y hacemos pruebas. Cuando se le da el ok a todo, se manda a imprimir».

La impresión es un poco especial por el material de ésta: «Se denomina pretex, es una especie de aleación entre un plástico y papel, no se deshace cuando se suda, es cómodo, evita rozaduras», añade. Mientras, los voluntarios terminan de montar las cajas de cartón reciclado donde irán los sobres directos a Feria Valencia. «Tras tenerlas, hacemos lo que llamamos ensaimadas». No, no tiene nada que ver con ese dulce de origen mallorquín. Los chips con la información de cada corredor y que serán determinantes para marcar los tiempos llegan pegados uno tras otro por orden, en este caso del 1 al 25.000 sobre un tipo de papel especial para su fácil extracción: «Cada rollo de chips llega en cajas que tienen entre 4.000 y 5.000 números. Nosotros, para que en la feria sea más rápida la entrega de sobres, marcamos las cajas de 600 en 600. Por este motivo, el primer paso es hacer estas ensaimadas cada 600, ponerles una goma, y dejarlas sobre las cajas según los números».

Los voluntarios de la SD Correcaminos preparan los dorsales que lucirán los corredores. JESÚS SIGNES / L. M.
Imagen principal - Los voluntarios de la SD Correcaminos preparan los dorsales que lucirán los corredores.
Imagen secundaria 1 - Los voluntarios de la SD Correcaminos preparan los dorsales que lucirán los corredores.
Imagen secundaria 2 - Los voluntarios de la SD Correcaminos preparan los dorsales que lucirán los corredores.

Es un trabajo mecánico que además realizan personas que llevan «muchísimos años». Reme es una de las más veteranas. Sabe qué es correr un maratón y el día de la prueba estará en el coche escoba: «Lo he hecho durante 30 años. Recuerdo cuando los chips se llevaban en las zapatillas y al devolverlos se les daba la fianza que habían dejado, así que yo, a medida que recogía a los últimos, les iba dando esa cantidad de dinero a cambio del chip». Ella y Esther todavía recuerdan cuando apuntaban «a mano» el número de dorsales cuando entraban a meta: «Después, con la llegada de los ordenadores, empezamos con los códigos de barras como el de los supermercados y ya desde hace dos o tres años con los códigos QR. También anteriormente los chips iban en las zapatillas y después debían devolverse». Michelle es de Canadá, ahora está estudiando italiano pero ya sabe castellano, valenciano, inglés y francés: «Me gustan los idiomas y además me sirven mucho, normalmente estoy en los hoteles atendiendo a la élite». Toni también está con los más rápidos, de hecho hace las labores de chófer para ellos. Mientras terminan esta primera parte del proceso, entra Carlos. Él es encargado de informática e incidencias y está en carrera junto a Esther. Con sólo un vistazo en esos pocos segundos que pasan los corredores son capaces de detectar algunas irregularidades.

Además, Esther es la encargada de poner la cinta que los ganadores en categorías masculina y femenina atraviesan en el momento de llegar a meta. Su amor por la carrera a pie y por los 21k y 42k valencianos viene de lejos. Entró casi hace dos décadas a trabajar en la SD Correcaminos y su fondo de pantalla es un perrito de tamaño pequeño: «Me lo regaló Toni Lastra y se llama Maratón, falleció con 16 años el mes pasado», comenta.

Primera tanda de dorsales en la sede. L. M.

De repente, una llamada desde recepción: «¡Está llegando el repartidor con los dorsales!». Esther se desplaza hacia la puerta y el mismo conductor de la empresa encargada de la impresión de éstos carteles identificativos baja con 500 en la mano. Es una primera muestra para comprobar que todo esté correctamente. Esther abre el plástico que los envuelve y Jesús y Tere se ponen manos a la obra: «Los dorsales a un lado y los chips al otro, compruebas que sea el mismo número el del dorsal, el de la parte posterior y ahí pones el chip.

Se dispone de manera horizontal y justo en ese espacio, estudiado para evitar que roce con alguna zona delicada del cuerpo. «¿Esta bandera de dónde es?». Jesús apenas duda: «De la República Checa». Con juegos y recordando anécdotas el tiempo pasa más rápido. «¡Aquí hay un salto de número!». Pero no es un error: «Esto se hace porque todavía puede haber cambios de nombre, por ejemplo, así que tenemos en cuenta que a lo mejor un corredor del box cinco cede su inscripción a una persona que quizás por tiempos va en el tres». Todo tiene una explicación.

«Hay algo que se debe tener en cuenta y es que en el Medio y el Maratón Valencia se cuida de igual manera al popular que a la élite, dedicamos el mismo tiempo a cada dorsal, pulsera, ensobrado, etc.», añade Esther. Tras poner el chip en el dorsal, éste se introduce en el sobre que recibirán en ExpoDeporte: «Los corredores llegan con un correo que tiene un código QR, pasamos el móvil y comprobamos que: nombre, dorsal, género... coincidan. En el sobre también tienen la pulsera, les explicamos para qué sirve y demás». En esos días previos a la carrera surgen ciertas dudas o situaciones peculiares en algunos inscritos: «Recuerdo un corredor que vino a incidencias porque se acababa de separar y se había puesto el nombre de su suegra en el dorsal y claro, no le hacía ninguna gracia lucirlo...». Una de tantas anécdotas en un medio maratón tan internacional como genuinamente humano.

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