Noa llegó con un dorsal bajo del brazo. Cinco meses después de nacer, su mamá Belén Agut completó junto a ella La Pujada al Marinet. «Llevaba semanas pensándolo, aunque no formalicé inscripción hasta el último día pendiente de la Meteo. Vi que daban una ... temperatura agradable para pasar la mañana por la montaña y no lo dudé», comenta la de Atzeneta del Maestrat de 38 años asidua no sólo a las competiciones, también a los podios. La nutricionista, además, lo comunicó a la organización de una prueba que para ella es muy especial: «Lo vieron cómo algo normal, una mamá que sale de excursión por la montaña con su bebé. Evidentemente decidí ponerme la última para no molestar a nadie ni poner en riesgo a Noa».
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Las reacciones a esa atípica imagen de una persona portando a un bebé con un dorsal no se hicieron de esperar. Muchas de ellas, o quizás las más virales, en aspecto negativo: «Todo el mundo tiene derecho a opinar. El problema es que la gente habla o critica sin saber. Yo jamás haría algo que pudiese poner en peligro a mi hija». Desvela Agut algunos comentarios que ha escuchado o leído durante los últimos días: «'¡Qué madre tan irresponsable de llevarse tres horas por la montaña a su hija!', '¿Cómo se te ocurre? podrías caerte', '¡Qué poca cabeza con estas temperaturas... un bebé no está acostumbrado a aguantar eso'...y mucho más». Y reflexiona sobre este modo de juzgar a las personas sin saber cuál es su historia ni preocuparse por ello: «¡Qué sabrá la gente de mi experiencia en la montaña, qué sabrá la gente de la temperatura máxima que había ese día en el recorrido que hice, qué sabrá la gente de lo acostumbrada que está la bebé a hacer excursiones por la montaña, qué sabrá la gente!».
A lo que añade: «¿Hablamos de irresponsabilidad? Cada vez que veo a un bebé sentado en la terraza del bar dentro de un carrito con gente fumando alrededor, se me cae el mundo encima». Porque si Noa llegó con un dorsal bajo del brazo fue gracias a su mamá, una mujer que heredó de su padre el amor por la montaña y la actividad física: «Él siempre ha hecho deporte, primero cómo jugador de frontenis, después como jugador y entrenador de futbol y más tarde como corredor de trail».
Pero ni el papá de Belén ni su hija son los únicos de la familia que tienen este hobby que es una manera de vivir: «Llar es mi perro y juntos, fuimos campeones de la Lliga Canicross Castelló 2023. Es muy buen compañero de entrenamientos«, afirma. En el techo de Castellón, encuentra esta nutricionista deportiva su »casa«: »El Penyagolosa es mi sitio favorito. Un lugar de paz, tranquilidad y libertad que me llena de energía. Si algún día me pierdo, podéis venir a buscarme a allí. Me gusta mucho andar y correr por allí. Me siento una privilegiada por tenerlo tan cerca de casa y disfrutarlo«.
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Belén Agut
Por ese motivo no dejó ascender por él incluso en avanzado estado de gestación: «No dejé de hacer deporte en todo el embarazo (correr, andar, bicicleta, natación, escalada, trabajo de fuerza) Me iba adaptando a mi barriguita. El día de antes de empezar con contracciones de parto, anduve dos horas y 50 minutos por la montaña». Además recuerda aquellos kilómetros con Noa en su barriga como «los más felices» de su vida. Agut se convirtió de este modo en una más de las mujeres embarazadas que cada fin de semana, siguiendo siempre las indicaciones de los doctores y escuchando su cuerpo, continúan practicando actividades físicas.
Tras convertirse en mamá de Noa, las largas caminatas no tardaron en llegar: «Nació un jueves por la noche, el domingo nos dieron el alta y el lunes salimos a pasear. Lógicamente los primeros 15 días iba en el carro tumbadita y después ya directa al porteo. Y ahí empezamos a hacer lo de siempre, paseos por la montaña». Aunque está acostumbrada a competir, de momento no le obsesionan las marcas ni volver a ponerse un dorsal: «Me gusta participar y colaborar con pruebas deportivas. No tengo ninguna en mente, pero no descarto volver a participar en otras con mi pequeña. Ahora aunque me inscriba en una prueba salgo a disfrutar del recorrido, del paisaje y de la pasión que siento por la montaña con la mejor compañía del mundo, mi hija».
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