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Si tu día a día discurre entre el gris del asfalto pero lo tuyo es correr en plena naturaleza esta es tu ruta. Si vives en l'Horta Nord, toma nota y si no es así, no dejes de leer porque este recorrido bien merece una oportunidad.
El barranco del Carraixet, que nace en la Sierra Calderona, nos marcará el camino para un recorrido que nosotros arrancaremos en Moncada (puede iniciarse en cualquier otro punto del trazado que verse en el gráfico). El final, si de verdad se quiere disfrutar es innegociable: Port Saplaya.
Desde Moncada tomamos el camino hacía el puente peatonal que nos dejará en Vinalesa. No será el último puente que debamos cruzar, seguidamente llegarán el de Bonrepós y Mirambell, y el de Tavernes Blanques. El siguiente paso será cruzar la vía del metro antes de tomar el puente de Alboraia hasta la ermita dels Peixets. En el margen del Carraixet, se ubica este histórico lugar que rememora el Miracre dels Peixets.
Este hecho se remonta hasta 1348 cuando se cuenta que un sacerdote a caballo portaba un arca con las sagradas formas para dárselas a un morisco moribundo de la localidad de Almàssera. Al cruzar el Carraixet, el cura cayó del animal y perdió el contenido del pequeño cofre en el agua.
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En Alboraia cuentan que los vecinos organizaron una búsqueda y vieron cómo en la desembocadura tres peces llevaban en sus bocas las formas y se las retornaron al sacerdote. Ante este milagro, la localidad levantó una ermita en el lugar donde aparecieron estos peces para rememorarlo, además de promover procesiones. Sin embargo, la actual no es la construcción original ya que sobre ésta se levantó en 1907 la actual edificación marinera.
Un dato curioso (y sigo con la ruta) es que en Almàssera se cuenta que fueron dos los peces, y también allí se levantó una ermita en recuerdo de este milagro. El arca que portaba el sacerdote se encuentra en la parroquia la Asunción de Nuestra Señora en Alboraia.
Retomando la ruta, en nuestro caso, hemos seguido el consejos de unos buenos amantes de la carrera a pie y en lugar de volver sobre nuestros pasos, vamos a regresar por la otra parte del barranco, para disfrutar el doble.
Pero antes, debemos llegar a la playa, el Mediterráneo espera. La ruta no tiene pérdida ya que se encuentra debidamente señalizada, además a lo largo del trayecto, aunque hay algún que otro tramo sin estar específicamente preparado para practicar deporte, lo cierto es que se nota el esfuerzo de los diferentes Ayuntamientos por satisfacer las necesidades de unos ciudadanos que, cada vez más, se calzan las zapatillas y salen a correr, andar o en bicicleta, en diferentes franjas ahora que las temperaturas son más suaves.
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De la Capella dels Peixets de Almàssera, cruzamos las vías del metro, nuestro siguiente objetivo es el puente a Tavernes Blanques. Allí, siempre manteniendo las pulsaciones altas, nos acercamos a ver la Cruz Cubierta. El nombre, no nos vamos a engañar, describe bien lo que vamos a ver aunque los tradicionales socarrats del techo captan nuestra atención.
Bonrepós y Mirambell nos esperan antes de regresar a Vinalesa y finalmente a Moncada, nuestro punto de partida. Ponemos punto final a una tirada larga que puede realizarse también en bicicleta ya que, como hemos dejado patente anteriormente, y hemos refrendado con fotografías, la mayor parte del recorrido está totalmente señalizado y durante los últimos meses, los Ayuntamientos han solucionado algunos problemas en el asfalto.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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