Parado frente a la meta para no reventar un récord

El fin de semana ha dejado una imagen que ha dado la vuelta al mundo, al menos el de las carreras populares... y más allá. La Mitja Marató del Kaki Persimon de l'Alcúdia, perteneciente al Circuit Diputació y disputada el domingo, se ha hecho viral por la inesperada estrategia de su ganador, Luis Agustín Escriche, que se paró antes de entrar en meta para sorpresa de todos los presentes, entre ellos el speaker de la prueba. El corredor perteneciente al CA Albacete pretendía, de este modo, no endurecer demasiado el récord del evento.

Hasta ahora estaba en 1.09.20 y él lo ha dejado en 1.08.45: «Al final podría incluso haber ajustado más». Escriche, natural de Sarrión (Teruel) está afincado en Valencia, donde trabaja como educador social en un centro de menores. «Los compañeros me preguntaban qué había hecho, que en todos sitios hablaban de mí», comenta. No era para menos, ya que su proceder hizo hervir las redes sociales, con opiniones de todo tipo, desde las que respaldan su iniciativa hasta las críticas más feroces. «Yo volvería a hacer lo mismo. Que cada uno opine lo que quiera, siempre que sea con respeto», subraya.

¿Y por qué se paró a escasos metros de la meta? Porque la carrera reserva un premio de 150 euros para quien mejore el récord y quería dejarlo en una marca que se sienta capaz de batir en el mismo trazado en el futuro. Escriche había participado por el compromiso con su club de correr el Circuit Diputació, pero su objetivo es el Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso: «Allí hice mi mejor marca (1.05.29) y creo que si estoy bien y todo sale como planeamos puedo bajar de 1.05».

Pero la carrera de l'Alcúdia le fue de fábula. Se marchó con Hassane Ahouchar, con el que corrió hasta el kilómetro 12. Entonces, el conocidísimo atleta se quedó y Escriche enfiló hacia la victoria. «Dejé de verlo y yo no sabía que se había retirado. Además, el reloj me iba pitando los kilómetros unos 200 metros antes de lo que la organización había señalizado en el asfalto», comenta para explicar el porqué de pararse frente a la meta y no hacerlo gestionando el ritmo o en algún punto previo, lejos de la cámara que captaba la llegada de los participantes: «Imagínate que me paso calculando y no bato el récord».

Hay que destacar que Luis Agustín Escriche no hizo nada sancionable. La carrera, al ser un medio maratón homologado y estar en el calendario de la Federación de Atletismo de la Comunitat (FACV), era supervisada por jueces de ese estamento.

Escriche es un atleta popular que un día eligió correr, 'sólo' correr en lugar del fútbol. Practicaba ambos deportes en su Sarrión natal: «Era lateral o extremo, así que ya corría por toda la banda». Participó en la carrera del pueblo y vio que se le daba bien, así que dejó de lado el balompié. Que no la formación, porque descubrió que el atletismo no le daría de comer. Pero le gusta y en ocasiones le aporta pellizcos como el del domingo. «Yo no sé si decidiré volver a L'Alcúdia en 2023. Si lo hago, tendré más al alcance el récord de la prueba y si no, otro compañero», argumenta.

A sus 31 años, se toma el revuelo que se ha generado como algo pasajero. Es más, asegura que en la meta de la prueba no se le dio excesiva importancia. «Estuve hablando con la gente de la organización y nadie me reprochó nada. Al contrario, me dieron la enhorabuena por la victoria y ya está», señala Escriche.

También abre la puerta a pactar con la propia carrera un asalto al récord en 2023... pero ya 'reventándolo' como toca. «Podemos hablarlo y montar algo chulo», desliza. Porque, al fin y al cabo, el 1.08.45 es una marca notable pero sin lugar a dudas asaltable. Esa será otra historia. La de este año, con Escriche, ha levantado ampollas. Pero, ¿qué opinan cuando Duplantis bate el récord del mundo por un centímetro y deja de saltar? ¿Es lo mismo? El debate está abierto.

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