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La Serra d'Irta está considerado un paraíso mediterráneo. Aprovechando la estancia en Peñíscola de un amigo por motivos laborales, varias personas del grupo nos animamos a conocer una zona desconocida para nosotros hasta el momento.
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En primer lugar tuvimos que elegir una de las ocho rutas marcadas para completar al trote o andando, también hay otras tres en bicicleta. Todos estos caminos están debidamente señalizados. Con todo un día por delante nos animamos a completar el itinerario circular del Castillo de Polpis al Barranco del Boixar. Son unas tres horas a paso ligero, con sus paradas para disfrutar del paisaje, tomar fotografías o intercambiar opiniones. La dificultad es media y cuenta con 7 kilómetros de distancia.
Dificulad Nivel medio. Alguna pendientes pueden ralentizar la marcha si se buscan tiempo.
Distancia aproximada Alrededor de 7 kilómetros, recorrido circular.
Desnivel 442 metros
Tiempo estimado Unas 3 horas
Juan Antonio hará de guía, conoce a la perfección la zona, nos había recomendado llevar agua ya que no hay fuentes a lo largo del recorrido. También nos advirtió que lo mejor era que llevásemos gorra porque no hay mucha sombra a lo largo del trayecto. Por suerte salió un bochornoso pero nublado día.
Dejamos el coche cerca de la AP7, había un par más de vehículos. «Hemos tenido suerte», dijo nuestro amigo y guía. Aunque un par de amigos habían descargado en sus respectivos GPS la ruta que estábamos a punto de iniciar, el recorrido no tiene pérdida. Está totalmente señalizado desde el inicio.
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En esta zona hay muchos arbustos y vegetación. Pasamos por dos refugios y mientras comentamos que éstos pueden venir bien si las nubes dan paso a la lluvia, las piernas empiezan a pesar. Es una pendiente ligera, pero se nota, sobre todo si se va a un ritmo más o menos rápido. El par de amigos que corrían frenaron el paso. Estos refugios, según lo que teníamos entendido eran antiguos hornos de cal que se mantienen y que sirven para protegerse también del calor si es el caso.
La principal motivación que teníamos en este punto en el que literalmente, la senda se hace cuesta arriba, está justo delante de nosotros si alzamos la cabeza: El Castillo del Polpis. Les expliqué a mis amigos que según había leído, los muros de la parte de la entrada son musulmanes aunque el resto de conservado sea templario.
El guía señaló una de las torres: «Aquí almorzaremos». El acceso no era complicado pero un resbalón podría provocar una caída bastante peligrosa, así que hay que tener cuidado si se quiere disfrutar de las vistas.
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Nuestro siguiente destino es el barranco del Boixar. El sendero nos lleva a un cruce en el que seguimos la señal de la izquierda. Llegamos al Alt de la Bota y de allí andamos hacia la Ermita de Sant Antoni, tomamos el sendero de la izquierda para alcanzar los Altos de Vilahermosa donde empieza el barranco. Arranca otro tramo en el que hay que frenarse. La pendiente es bastante pronunciada e incluso alguna persona, para evitar las caídas, prefiere asegurar sus pasos con las manos.
La parte positiva es que este tramo no es muy extenso (aunque se haga largo), luego la pendiente apenas se nota. Quedan dos kilómetros para alcanzar la vía de servicio de la AP7 donde habíamos dejado el coche por la mañana y poner punto final a una ruta altamente recomendable.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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