Caminar sobre un acueducto romano, dejarse engullir por túneles y caminar junto al rumor del río Tuéjar son los tres grandes atractivos de una ruta que arranca en el municipio de Calles, recorre Peña Cortada y pone punto final en la Ruta del Agua ... de Chelva.
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14 kilómetros y unas 5 horas de camino que arranca tras dejar los vehículos en Calles, junto al río. Peña Cortada es el nombre del camino marcado como PR-CV 92. Un pequeño puente nos indica que debemos girar a la derecha. Vamos al trote marcado por Sergio, él es de los que aprovecha sus días libres para descubrir rincones de la Comunitat. No son los únicos. Las zapatillas nunca faltan en su maleta cuando sale del territorio. Una de las ventajas de su trabajo es que no sólo tiene días libres en fin de semana, es entre semana, de lunes a viernes cuando más disfruta de estas escapadas, sin apenas gente. Así sientes que la naturaleza te presta por unos segundos sus más preciados bienes.
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Los almendros se quedan a nuestro lado, visitar la zona en primavera ofrece un plus para los sentidos. Dejamos atrás la cima del Remedio, otra maravilla a la que también se puede subir a pie. El Pico Roqué es el siguiente que vemos, el camino hacia Peña Cortada está marcado. Empezamos a ver algunas ruinas que cuentan con más de 2.000 años de historia al llegar a los aledaños, un panel explicativo nos ofrece un poco de contexto. Muchos inician la ruta desde este punto pero el camino desde calles es agradable y permite acelerar si es el deseo. Es el momento de frenar nuestro paso.
Llega una zona descendiente con destino el impresionante acueducto. Las vistas son increíbles. Es un buen momento para descansar, hidratarnos, comer algo de fruta y, cómo no, tomar fotografías si se desea.
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El momento del ascenso ha llegado, vamos a tener la oportunidad de pisar el histórico monumento. 36 metros y una altura máxima de 18 es la longitud de este acueducto por el que ha valido la pena cambiar nuestro plan inicial de centrarnos en la Ruta del Agua.
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Con cuidado atravesamos por zonas excavadas y habilitadas para descender hasta Calles, nuestro destino. Cruzamos puentes y nos impregnamos de olores propios de la zona. El paso es más lento del que algún miembro del grupo pretendía pero se recompensa con las imágenes que quedan grabadas en nuestras retinas.
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Calles nos espera por el lado del barro de la ermita. En Santa Quiteria buscamos el río Tuéjar que será nuestro guía, antes hay que cruzar la carretera. En esta zona se ven muchas más familias. Empieza la Ruta del Agua.
El soniquete del río se deja escuchar en algunas zonas, los chopos ayudan a que la temperatura se suavice. A los lados, dejamos algunos restos de las centrales hidroeléctricas típicas de estas zonas aledañas a los ríos de cuando se aprovechaban los recursos naturales para abastecer de energía fábricas.
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Paneles informativos nos explican esta bonita ruta que está perfectamente acondicionada con áreas recreativas. En las zonas de descenso hay barandillas que sirven de apoyo. Las cuevas del Montecico, la del Cuco, esperan antes de cruzar el puente.
El municipio de Chelva ya se vislumbra, nos deleitamos por el barrio morisco o el judío. Después de unas cinco horas ponemos punto final a un viaje de 14 kilómetros de distancia pero de miles de años en el tiempo.
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