

Secciones
Servicios
Destacamos
Rafa fue el primer bebé nacido tras un tratamiento de fecundación in vitro en la Comunitat. Pero ahora, uno de cada ocho bebés que nacieron en España en 2021 lo hicieron gracias a algún tipo de técnica de reproducción asistida. Y es que en nuestro país, uno de los que tiene una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo, la natalidad se ha convertido en una preocupación de primer orden a nivel social. No sólo por su dimensión personal, con un creciente número e parejas y personas que quieren tener un hijo y tienen dificultades para tenerlo. Sino también desde el punto de vista demográfico y de sostenibilidad. Es la tormenta perfecta. Cada vez se tienen menos hijos y a una edad más tardía, lo que hace aflorar problemas de fertilidad propios del modo de vida y del envejecimiento.
Pero, vamos a las cifras. En 2021, nacieron en españa 336.811 bebés. De este valor total, 40.368 fueron bebés llegados al mundo gracias a algún tipo de técnica de reproducción asistida. Un 12,06% del total. Así se extrae del Registro Nacional de Actividad 2021 del registro oficial de técnicas de reproducción asistida del Ministerio de Sanidad, en el que han participado los 334 centros que practican fecundaciones in vitro e inseminaciones artificiales en nuestro país.
A esos centros llegan los usuarios que quieren tener un hijo dentro de un contexto sociodemográfico muy particular. Los hábitos reproductivos mundiales han sufrido cambios de calado. Por ejemplo, en el último medio siglo, el número de hijos por mujer en España se ha reducido a la mitad y ha pasado de los 2,77 hijos que se tenían por gestante en 1975 a 1,19 en 2021. Sólo en Malta se tienen menos hijos por familia que en España.
Otro de los factores a tener en cuenta es la tasa de reemplazo, que es la cifra que garantiza la renovación de una población y su supervivencia. La necesaria lleva siendo inalcanzable para los españoles desde 1980. Eso es, en parte propiciado por que la primera maternidad ha subido de los 25,5 años de media en 1975 a los 31,6 años actuales. Además, los nacimientos entre madres de 40 o más años se han incrementado en un 38% en los últimos diez años.
El último dato del INE es preocupante. En nuestro país nacieron 294.854 niños en los once primeros meses de 2023, 6.504 menos que en el mismo período del año anterior. El panorama más pesimista desde que se publican estos datos y la primera vez en la serie que no sse superan los 300.000 nacimientos en los once primeros meses de un año. Otra realidad que constata el INE, es el aumento de la edad de las mujeres que acceden a la maternidad. Y es que en noviembre de 2023 hubo más nacimientos de madres mayores de 40 años (2.934) que de menores de 25 años (2.446 nacimientos) . Esto, ha traído consigo, además problemas de fertilidad. Por ponerle cifras. En 2021, en España se llevaron a cabo 165.453 ciclos de fecundaciones in vitro y 33.818 inseminaciones artificiales. Los bebés que finalmente nacieron de estos tratamientos (40.638) supusieron un 33% más respecto a los datos del año anterior. Y ese ascenso va en aumento por factores como esa tardanza a la hora de tomar la decisión de tener el primer hijo.
Las mujeres, al nacer, ya disponen de todos los óvulos con los que van a contar a lo largo de su vida. A medida que cumplen años, la fertilidad va decreciendo, especialmente a partir de los 35 años. A los 37, por ejemplo, el 90% de todos los óvulos han desaparecido o son de mala calidad. Los hombres, por su parte, siguen produciendo esperma a cualquier edad, pero la calidad desciende. En una eyaculación, un hombre produce alrededor de 100 millones de espermatozoides. la mujer, una vez al mes produce un óvulo maduro, unos 500 a lo largo de toda su vida.
Noticia relacionada
Otro de los condicionantes de la fertilidad es que es edadista. Las mujeres menores de 30 años tienen un 20% de posibilidades de quedarse embarazadas cada mes, según los datos recogidos en el 'Documento de consenso sobre natalidad y salud reproductiva en España'. Pero, cada mes, con cada regla, ese porcentaje cae hasta un 5% a los 40 años.
Y eso nos lleva a que ese combo perfecto de factores biológicos, sociales y económicos en el que se retrasa al máximo el nacimiento de un primer hijo o se descarta por completo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 17,6% de los adultos será estéril en algún momento de su vida. La alta prevalencia de esta enfermedad ha llevado a catalogarla como «un grave problema de salud pública».
En la Comunitat Valenciana la demanda es clara. Según los datos del último Registro Nacional de Actividad de 2021, en los 24 centros acreditados para estas prácticas (4 privados y 20 públicos), se realizaron 25.121 tratamientos de fecundación in vitro. El 15,2% de las de toda España, que se situaron en 165.403, en los 249 centros sanitarios. Además, se constata en los sucesivos Registros Anuales de Actividad un incremento continuado del número de ciclos de FIV con ovocitos propios realizados a nivel nacional. En el caso de las Inseminaciones Artificiales, se practicaron 3.617 en la Comunitat en los 43 centros autorizados en 2021. 2.328 fueron con semen de la pareja y 1.289 con semen de un donante.
Básicamente tres: las personas con problemas de fertilidad, las mujeres que quieren ser madres solteras o tienen como pareja a otra mujer y las personas a las que se diagnostica una enfermedad grave que puede afectar a su fertilidad. Aunque hoy en día, también acuden quienes no están buscando un bebé en ese momento pero no quieren descartar la posibilidad de hacerlo en el futuro o quienes buscan evitar enfermedades hereditarias en sus descendientes.
En el caso de los problemas de fertilidad, están básicamente circunscritos al retraso en la maternidad y al aumento de los problemas en los hombres, además de problemas ginecológicos en la mujer. Una pareja heterosexual tiene clínicamente problemas para reproducirse cuando no consigue el embarazo después de un año mantiendo relaciones sexuales sin protección. Ese tiempo se reduce a 6 meses para el caso de las mujeres de más de 35 años. En ese caso, es necesario acudir a un centro de reproducción asistida, así como en el caso de parejas con antecedentes reproductivos desfavorables.
Principalmente, hay dos motivos por los que ha aumentado la tasa de infertilidad en nuestro país: el mayor porcentaje de factor masculino y la inserción de la mujer al mundo laboral y su consiguiente retraso de la maternidad. Sin duda, la edad de la mujer es la causa más destacada de la esterilidad en España. Retrasar la maternidad provoca un envejecimiento ovárico que resulta en una reducción del número de óvulos y una peor calidad. La edad materna avanzada también se refleja en una mayor tasa de abortos por el incremento de alteraciones genéticas en los óvulos.
Para dar respuesta a esta demanda creciente, y garantizar la aplicación de técnicas de reproducción asistida en las mejores condiciones de calidad y seguridad, Sanidad actualizó en 2021 el protocolo de criterios de acceso a los tratamientos de reproducción en sus centros acreditados. Lo hizo para ajustarse a una realidad que atropelló a la sanidad pública, que había fijado hasta entonces en 40 años la edad límite para sometese a una tratamiento de fertilidad por la vía pública. Ahora, se pueden superar los 40 los pacientes sin ninguna enfermedad en la que el embarazo pueda acarrearle un riesgo grave e incontrolable a ella o a su posible descendencia, si han sobrepasado esa edad estando en lista de espera. En el caso del hombre, su edad deberá ser menor de 55 años. Además, tienen que ser personas o parejas sin ningún hijo común, previo y sano. El protocolo también determinó unos plazos para agilizar el acceso a los cuatro centros públicos acreditados para la realización de las técnicas de fecundación in vitro. Así, en las Unidades de Reproducción asistida de los hospitales Clínico, La Fe, el Hospital General de Alicante y el de València, se unificaron los criterior, acordados por el grupo de expertos, basados en la evidencia científica y dentro del marco legal, se garantice el acceso a la técnica de reproducción humana asistida, fecundación in vitro con gametos propios, en condiciones de equidad y seguridad, a las mujeres del sistema sanitario público de la Comunitat Valenciana a las que se les indique la misma, con independencia de donde sean atendidas.
Pero no sólo se acude a la reproducción asistida para tener un hijo en ese momento. También para programar ese momento, con el recuento ovárico y su posterior reserva como principales servicios. En estos casos, se suele recurrir a una clínica para congelar óvulos o esperma por motivos personales o porque el tratamientos de algunas enfermedades como el cáncer puede hacer recomendable preservar material genético para poder afrontar una maternidad o paternidad en el momento elegido. Y es que la infertilidad es una de las principales secuelas del cáncer y su tratamiento. Por eso es importante la intraplanificación entre departamentos de manera multidisciplinar para poder afrontar el futuro con mejores garantías.
Cuando una mujer o pareja acude a un centro de reproducción asistida siempre lleva consigo una mochila emocional. Bien porque ha intentado con antelación convertirse en madre o bien por la incertidumbre de un proceso desconocido para muchas mujeres. Uno de los principales retos es la gestión psicológica y emocional ante un posible fracaso en conseguir un embarazo o un embarazo que no llegue a término y acabe en un aborto precoz o espontáneo. Las clínicas siempre hablan de éxito en términos de bebés, no de embarazos, porque el fin último de cualquier usuario de la reproducción asistida es tener un hijo. Los no embarazos siempre se perciben como un fracaso a nivel personal, que acaba incluso suponiendo problemas en las relaciones de pareja, familiares y laborales. Depresión o ansiedad son patologías frecuentes en los procesos de fertilidad.
Por contra, el riesgo física se ha reducido en las últimas décadas. Los avances científicos han minimizado los riesgos, han aumentado las tasas de éxito y han bajado drásticamente los partos múltiples, tan comunes en los inicios de esta disciplina, hace tres y cuatro décadas.
Reportaje elaborado con información proporcionada por el IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad), la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, del Ministerio de Sanidad, la revista médica Reproducción Asistida ORG, el Instituto Bernabeu de medicina repoductiva y el Insistituto Nacional de Estadística.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Patricia Cabezuelo | Valencia
Patricia Cabezuelo | Valencia
Patricia Cabezuelo | Valencia
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.