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Una escena de 'El fantasma de la ópera' (2004). LP

Una alianza provechosa

Hoy se celebra el Día Mundial de la Ópera, apasionado género musical que ha propiciado grandes películas para disfrute de melómanos y cinéfilos

Jueves, 24 de octubre 2024

La ópera es uno de los géneros musicales más apasionados. Es, sin caer en perezosas exageraciones, el más intenso y ambicioso de todos al combinar ... música, drama, poesía, voces y, a menudo, danza en una misma experiencia teatral. Hoy y en esta sección, cuando celebramos el Día Mundial de la Ópera, indagamos en la provechosa alianza de la ópera con el cine, con, además, una nueva exigencia artística: la planificación y el montaje de las imágenes para contar historias de amor, de sufrimiento, de muerte, de poder...

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La fructífera relación de la ópera con el cine se manifiesta de manera diversa. Algunas películas han adaptado directa y fielmente óperas clásicas en su integridad. Es el caso, entre muchos otros posibles, de 'La flauta mágica' (Ingmar Bergman, 1975), filmación de la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart); 'Carmen' (Francesco Rosi, 1984), basada en la ópera de Georges Bizet, o 'Tosca' (Benoît Jacquot, 2001), adaptación de la ópera de Giacomo Puccini.

Existe otro enfoque: el de las películas basadas en el mundo de la ópera, con predominio de referencias en torno a la vida de los compositores y los cantantes, sobre la puesta en marcha y el estreno de una producción teatral o como fondo musical. Un ejemplo: 'Philadelphia' (Jonathan Demme, 1993): cuando el personaje de Tom Hanks escucha 'La mamma morta', de Andrea Chénier, ese momento se convierte en una secuencia clave del filme.

El cine también ha utilizado la ópera para añadir significados emocionales a la narrativa: algunos sentimientos se expresan mejor con música que con palabras o imágenes. La ópera como banda sonora para realzar lo esencial: 'Apocalypse Now' (Francis Ford Coppola, 1979, con la 'Cabalgata de las valquirias', de Richard Wagner, en la famosa escena de los helicópteros; la secuencia de 'El quinto elemento' (Luc Besson, 1997), cuando la diva extraterrestre, qué cosas, canta el aria 'Il dolce suono', de 'Lucía di Lammermoor', de Gaetano Donizetti, y, desde luego, no iba a olvidarme de ellos, los arrebatos operísticos de '2001, una odisea del espacio' (Stanley Kubrick, 1968), una de las grandes obras maestras de la historia del cine.

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A dos metros de la tele

Comentaré tres películas aliadas con la ópera y no citadas aún. Tengo la esperanza de volver a verlas este fin de semana, sentado en mi butaca a dos metros del televisor, ajeno durante unas horas a las insultantes pulsiones del universo político. Las tres tienen un poco de todo.

'Una noche en la ópera' (Sam Wood, 1935). Una de las películas más celebradas de los hermanos Marx. El argumento no es una gran cosa -nunca lo es con ellos-, pero tiene dos secuencias que han pasado a la Historia del Cine: el momento de 'la parte contratante de la primera parte', o la descacharrante escena del camarote a rebosar.

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'El Padrino 3' (Ford Coppola, 1991). La menos potente de la saga, pero todavía con mucha fuerza para ser disfrutada. Lo mejor se encuentra en la escena final, centrada en el mundo de la ópera y narrada como si ella misma fuese una ópera audiovisual, con la 'Cavalleria Rusticana' de Mascagni como hilo narrativo de una tragedia de la familia Corleone.

'El fantasma de la ópera' (Joel Schumacher, 2004). Adaptación cinematográfica del gran musical teatral de Andrew Lloyd Webber, basada a su vez en el clásico literario de Gaston Leroux. En 1870, la Ópera de París prepara el estreno de un fastuoso espectáculo. Pero... en las tripas del inmenso edificio se oculta un fantasma con reproches muy hondos en su biografía.

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