Jaime García Latorre | Podólogo
Jaime García Latorre | Podólogo ·
«En verano llegamos a tener el 100% de las citas cogidas. Se llena la agenda de una semana para otra si no cierras tu consulta»Jaime García Latorre | Podólogo
Jaime García Latorre | Podólogo ·
«En verano llegamos a tener el 100% de las citas cogidas. Se llena la agenda de una semana para otra si no cierras tu consulta»-¿Qué es lo mejor de trabajar en esta época del año?
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-Que al acabar sigue siendo de día.
-¿Y lo peor?
-Ver las vacaciones de los demás.
Jaime García Latorre lleva 13 veranos entre pies. Y los que le quedan...Llegó ... al mundo de la podología por una lesión, en su anterior vida como ciclista profesional. El traumatólogo lo mandó al podólogo y ahí descubrió su vocación. Ahora, más de una década después tiene una de las mejores clínicas de podología deportiva de Valencia, Podoteam, junto a Sara, su pareja. Y ahí van a pasar julio y agosto, rodeados de pacientes. Porque su centro no cierra por vacaciones.
«En verano llegamos a tener el 100% de las citas cogidas. Se llena la agenda de una semana para otra. Si no cierras la consulta, subes un 20% de clientela», cuenta. Y es que en los meses estivales hay un verdadero furor por lucir unos pies en condiciones, en un momento en el que salen a pasear, tras un invierno encerrados en botas y zapatillas. Y ahí prima mucho la parte estética, pero también la funcional. «En invierno hay mucho trabajo, pero en verano hay un boom por las sandalias. La gente quiere verse los pies bien», explica. Y eso hace que la agenda se llene con los clientes de siempre y con aquellos que buscan cita en otras clínicas, pero las encuentran cerradas por vacaciones. «Si no cierras, tienes muchísimo trabajo, porque hay que atender a los pacientes de otros centros que se han tomado un descanso. Llegamos a atender a 150 personas a la semana».
Eso sí, reconoce que la gente ha cambiado el chip y ya se cuida más durante todo el año porque han entendido que los pies son una parte fundamental del cuerpo que hay que mantener en buenas condiciones. Aún así, ahora en verano hay un servicio estrella, a pesar de que su centro está especializado en dolencias deportivas. Y esa es la quiropodia. O lo que es lo mismo, el corte y fresado de uñas y la eliminación de durezas de los pies. Algo que deja una imagen desagradable cuando usamos sandalias o calzado abierto. «Son el 80% de los servicios que hacemos en verano», dice. Pero también tienen que atender las urgencias que dejan los hongos en esta época del año o las fascitis que provoca el calzado que utilizamos en esta época. «Tanto cambio de calzado en unas semanas y la moda del calzado minimalista sin una buena transición, están llenando las consultas de personas con fascitis plantar». Así que o bien de las urgencias o de los que acuden por las vacaciones de su centro habitual, su consulta cuelga cada verano el «completo».
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Y mientras ellos se quedan sin vacaciones, porque sólo cerrarán una semana, pero será para hacer trabajos de mantenimiento del centro, sus teléfonos no paran de sonar. Porque hay quienes han dejado para última hora los deberes y se han encontrado con unos pies poco presentables para lucir sandalias en las vacaciones, por los paseos por el paseo marítimo o la playa. Y ahí, Jaime no puede quitarse el traje de podólogo. «Voy por la calle y en verano miro continuamente los pies de la gente. Y lo que veo son pies deshidratados y uñas mal cortadas. Me dan ganas de pararlos y darles cita», bromea.
Pero, cómo evitar ser 'cazado' por la policía de los pies en mal estado. Pues Jaime lo tiene claro y no hace falta un gran esfuerzo para poder pasar un verano sin sobresaltos.
«Hay que cuidarse a diario y no esperar al último momento. Tanto para las cosas estéticas como para lo que nos duele», explica. Ahí es muy importante acudir al podólogo al menos una vez al año y hacerse una buena valoración. A partir de ahí, el profesional nos guiará para poder encontrar un buena calzado que se ajuste a nuestras necesidades de pisada. Y continuar luego con citas puntuales para que nos asesoren.
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Y entre ese calzado que debemos utilizar en estos meses más calurosos hay uno que no debe estar jamás en nuestro armario. Y eso son las chanclas de dedo. «Eso solo vale para la piscina. Pero para ir de la toalla al agua. Poco más. Yo no me las pondría nunca para andar». Entonces, ¿cuál es la alternativa para ir fresquitos y no hacernos un esguince o una tendinitis, que nos lleve de urgencia al podólogo? Pues Jaime lo pone fácil. «Un buen calzado que nos sujete el pie tanto por la zona delantera como por el tobillo o la parte trasera». Y con una buena suela, claro. Pero da un consejo más que a casi todo el mundo se le olvida y nos puede dar muchísimo la lata en vacaciones. «Ponerse protección solar. Que los pies se queman», advierte.
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