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Rubén G. Tamarit
Valencia
Jueves, 26 de octubre 2023, 00:17
Cada año, cuando el 31 de octubre se acerca, nuestros alrededores se transforman en un espectáculo de calabazas talladas con rostros siniestros con motivo de Halloween: las famosas 'Jack-o'-lanterns'.Y, aunque esto es algo aceptado por la mayoría, muchos no saben cuál es el origen de la tradición que convirtió a las calabazas en un símbolo tan emblemático de esta festividad.
La historia de la calabaza como símbolo de Halloween se entrelaza con una combinación de antiguas tradiciones europeas, raíces celtas y relatos folclóricos que, aunque pudieran parecer desconectados, convergen en la elección de este vegetal como protagonista de una de las festividades más esperadas del año.
La génesis de esta tradición se remonta a la festividad celta de Samhain, que marcaba la transición del verano al invierno. Durante Samhain, se creía que los espíritus de los difuntos regresaban al mundo de los vivos. Para ahuyentar a los espíritus malévolos, se solían encender velas dentro de nabos o 'turnips' tallados con rostros aterradores. Cuando la celebración de Samhain se fusionó con Halloween en América, que llegó con los primeros colonos europeos, los nabos cedieron gradualmente su lugar a las calabazas (más disponibles y más adecuadas para el tallado).
Además de la influencia celta, una antigua leyenda irlandesa arroja luz sobre la elección de la calabaza. Según la leyenda de Stingy Jack, un astuto granjero logró engañar al diablo en dos ocasiones. En la primera, convence al diablo de que se convierta en una moneda para pagar la bebida en una taberna, pero en lugar de usarla, Jack coloca la moneda al lado de un crucifijo, evitando que el diablo recupere su forma original. En la segunda trampa, Jack persuade al diablo para que suba a un árbol a buscar una manzana y luego talla una cruz en el tronco del árbol, atrapando nuevamente al diablo en una posición comprometedora.
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Según la historia, luego de su muerte, tanto el cielo como el infierno rechazaron acoger a Jack. Como castigo, se vio condenado a vagar eternamente con un nabo tallado que contenía una brasa para iluminar su camino. Cuando esta historia llegó a tierras estadounidenses, los nabos fueron gradualmente reemplazados por las calabazas, dando origen a las Jack-o'-lanterns tal como las conocemos hoy en día.
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