El profesor Ximo Revert, con la clase de 1º de Historia del Arte, compuesta por 60 alumnos. Jesús Signes
La Nau Gran

Estudiar en la universidad a partir de los cincuenta

El programa de formación de personas mayores de la Universitat suma 4.000 alumnos diversos pero con un punto en común: el afán por no dejar de aprender

Joaquín Batista

Valencia

Lunes, 4 de marzo 2024, 01:30

Que el saber no ocupa lugar y no entiende de edades lo saben bien los más de cuatro mil estudiantes que se han matriculado este curso en la Nau Gran, el programa para la formación de personas mayores de la Universitat de València. Los únicos ... requisitos son tener más de 50 años y ganas de aprender, muchas veces sobre ámbitos que nada tienen que ver con su carrera profesional previa.

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Promover las relaciones intergeneracionales -en algunas asignaturas comparten aula con los estudiantes de grado-, y favorecer el aprendizaje autónomo o el conocimiento de la oferta cultural y de tiempo libre del entorno -que tiene un peso importante en los planes de estudios- son algunos de los objetivos del programa, aunque en general se pueden resumir en «la promoción del envejecimiento activo y saludable y del desarrollo personal» de los alumnos, en palabras de María Dolores Pitarch, delegada de la rectora para el Programa Universitat-Societat, en el que se enmarca la Nau Gran.

Los estudios más populares, por su paralelismo con las carreras universitarias tradicionales, son los llamados itinerarios, de tres cursos académicos. En los campus de Valencia se ofertan nueve, la mayoría en el de Blasco Ibáñez:

  • Historia del Arte.

  • Historia.

  • Sociedad y Territorio.

  • Filosofía.

  • Psicología.

  • Ciencias de la Salud.

  • Lengua, Literatura y Comunicación.

  • Derecho, Ciencia Política y Criminología (Tarongers).

  • Ciencia y Tecnología (Burjassot).

Además, se puede profundizar a través de los llamados Altos Estudios, de dos años (Pensamiento y Cultura de la Antigüedad Clásica, Psicología en la Edad Adulta e Historia de España) y también con cursos monográficos, abiertos al público en general. Sin olvidar la oferta que programan las sedes de Gandia, Ontinyent o Sagunto, de reciente creación, donde este ejercicio se ha empezado con 1º de Historia, Arqueología y Patrimonio.

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Como explica Pitarch, los contenidos de los itinerarios se organizan en asignaturas básicas -introducción a las materias principales-, optativas -en las que se comparte espacio con estudiantes de titulaciones oficiales-, una conferencia anual y las actividades de libre elección, que elige cada estudiante a partir de los citados monográficos o a través de otros servicios universitarios, como el de Cultura o Deportes.

Los que superan las troncales, que suman 45 créditos, junto a otros 30 que provienen de las optativas y de las materias de libre configuración, obtienen un diploma acreditativo. Hay que tener en cuenta que los alumnos son evaluados en base a los criterios que fijan los docentes (que aportan los propios departamentos de la Universitat) y se requiere de una asistencia mínima al 80% de las sesiones. Respecto a los precios, oscilan entre los 386 euros de 1º y los 357 de 2º y 3º.

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La cifra

4.177 estudiantes

se forman a través de la Nau Gran. En Valencia hay 1.178 estudiantes en itinerarios, y otros 1.797 han pasado por los cursos monográficos. La cifra se completa con los 857 de la sede de Gandia, los 313 de Ontinyent y los 32 de Sagunto.

Los itinerarios más demandados son Historia del Arte e Historia. Incluso el primero tiene una lista de espera de unas cien personas, aunque se trabaja para ampliar las plazas. Los alumnos no sólo se benefician del bagaje de los docentes, sino que el aprendizaje también se enriquece con conferencias o visitas a museos.

Como contrapartida, los profesores tienen la satisfacción de poder darles clase, atendiendo a las sensaciones que relata Ximo Revert, profesor del departamento de Historia del Arte. «Se nota que están aquí por puro gusto de ampliar conocimientos, y eso se traslada a la asistencia. Aquí no se está de paso. Y eso es un placer como profesional», explica, antes de hacer notar la heterogeneidad de los estudiantes.

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«Se puede pensar que vienen del ámbito de las Humanidades, pero te encuentras alumnos del Jurídico, de las Ciencias, de la Salud o gente que nunca había podido estudiar o asistir a la universidad. Es algo que enriquece el aula», concluye.

Pitarch, que lleva 15 años vinculada al programa, destaca que cada vez más mayores disfrutan de salud «y buscan un envejecimiento activo, con interés en actividades sociales y culturales. Y la educación de adultos fomenta la creatividad y la innovación, manteniendo a las personas al día en un entorno de cambios. La Nau Gran brinda el ambiente propicio para ello», concluye.

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Demetria, Esperanza y José Miguel, alumnos de 1º del itinerario de Historia del Arte. Jesús Signes

Entre las alumnas de 1º está Demetria García, de 61 años. Es su primer itinerario, y aunque siempre fue una apasionada del arte, optó por estudiar la carrera de Derecho. «Estoy encantada», dice cuando se le pregunta por la experiencia. «Aprendes sin presión, a diferencia de cuando estudiabas para aprobar. Y me he encontrado a gente maravillosa. Está siendo muy grato, ha sido una forma de abrir mi mente y de no apoltronarme», resume.

José Miguel Omarrementería tiene 70 años, tres carreras universitarias y va a por su cuarto itinerario, tras haber superado los de Ciencias de la Salud, Territorio y Filosofía. «Siempre me ha gustado aprender, tener iniciativa y estar activo. Y tenía algunos talones de Aquiles», explica, en referencia a ámbitos de conocimiento que le eran desconocidos, de ahí su veteranía en la Nau Gran. Pone como ejemplo Filosofía. «Cuando yo estudié en el Bachiller me quedé en San Agustín, de ahí no se pasaba. Llegar a Kant, Nietzsche o Marx era impensable», recuerda con una sonrisa. Además, señala que viene muy bien que las clases sean por la tarde. «Te hace levantarte del sillón», explica. En sentido literal y también figurado.

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Otra alumna con experiencia es Esperanza Molina, de 77 años. Hace doce que llegó a la Nau Gran, lo que supuso cumplir su sueño de entrar en la universidad. Va por su cuarto itinerario, aunque también tiene un amplio currículum gracias al resto de oferta formativa, como los monográficos. «Como muchas mujeres de mi generación no tuve ocasión de entrar en la universidad en su momento, pues tuve que ponerme a trabajar. Pero en cuanto pude entré», relata emocionada. «El primer día lloré, porque era algo que había deseado siempre. Y ha sido una experiencia preciosa. Te encuentras con profesores maravillosos a los que no les importa que seamos mayores. Su dedicación hacia nosotros es auténtica», sentencia.

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