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- Aquí no hay vergüenza -dice Teresa
- Mira, ahí tienes el titular- responde, entre risas Sarah
Nos encontramos en el corazón de Valencia. Teresa Puchades (Valencia, 1956) y Sarah Soler (Benifaió, 1996) forman parte de la Cátedra de Cultura Empresarial. Ambas laten al son del aprendizaje, de las ganas de impregnarse de conocimiento y del empeño por demostrar al mundo que emprender puede ser un viaje duro pero también maravilloso.
Se conocieron en la Cátedra. Sarah era recién graduada en Magisterio. En mente, unas oposiciones, pero también muchas inquietudes. Por su parte, Teresa ya era un referente en el mundo empresarial valenciano y nacional. Vicepresidenta de Aprova además de asesora de Empresa Familiar, entre otros muchos cargos y ocupaciones que forman parte de su robusto currículum, la directora ejecutiva de Avanza Urbana tilda la evolución de la Ribera Alta de «sorprendente»: «Ha vivido la empresa familiar en su casa y eso le crea inquietud. Siempre he dicho que la Universidad es para desarrollar neuronas, no para especializarte, es una etapa madurativa. Ese espíritu emprendedor, las ganas de crear las tenía, Sarah ha plasmado todo ello en un proyecto maravilloso e increíble como es La Contornà. Además está muy involucrada en la Cátedra. Observo cómo se mueve, su evolución y pienso '¡guau!».
La Cátedra de Cultura Empresarial, en el marco de la Fundación Universidad Empresa ADEIT de la Universitat de València, tiene por objetivo último la inoculación de la cultura empresarial en el colectivo universitario. La Cátedra complementa la formación universitaria con cursos y actividades que fomentan los valores empresariales. La generación de esta cultura empresarial persigue que los universitarios se animen a desarrollar su propia actividad en la economía real ya que todas los cursos y actividades son impartidos por empresarios y directivos del Patronato de la Cátedra.
Teresa y Sarah se conocieron en la Cátedra. Teresa es miembro del Patronato de la Cátedra y además es coordinadora del programa Jo vull ser empresari junto con Araceli Císcar y Fernando Gómez. Teresa ya era un referente en el mundo empresarial valenciano y nacional. Vicepresidenta de Aprova además de asesora de Empresa Familiar, entre otros muchos cargos y ocupaciones que forman parte de su robusto currículum principalmente desarrollado en la empresa familiar, Avanza Urbana.
Por su parte, Sarah era recién graduada en Magisterio. En mente, unas oposiciones, pero también muchas inquietudes.
Sarah, junto a Julieta Pellicioli, crearon en colaboración con la Cátedra, La Contornà, un evento en el que en cada edición, una persona diferente elige a personas a las que invitar porque le inspiran para que compartan conocimientos, historias o experiencias. También es sales & customer success manager de BigBan Inversores, es decir, se preocupa de cuidar a los socios de la asociación que aglutina a más de 200 inversores.
«Yo de Teresa destacaría la humildad», afirma la empresaria de La Ribera Alta mientras la mira: «No hay que olvidar que Teresa es una gran empresaria, pero está para lo que se le pida. Eso es de destacar. Obviamente la cátedra genera un entorno que facilita esas relaciones, pero también va con el propio empresario o empresaria el ser de una forma u otra, para mí eso es algo destacable. También la figura de Teresa como empresaria que inspira a mujeres que venimos detrás».
Recalca la benifaionense la importancia de encontrar referentes femeninos en un mundo que todavía está «muy masculinizado». «La figura de la empresaria es esencial. Y ella, como otras patronas de la cátedra, son un ejemplo y una inspiración para las que estamos aún en el camino y estamos ahí construyendo cosas. Ver a mujeres en puestos de poder en esas grandes empresas, aunque sean familiares, nos empuja, además personalmente, como he dicho antes destacaría la humildad». Incide Sarah que la posibilidad de compartir espacios permite ampliar el conocimiento que se tienen unas sobre otras: «A veces ves a gente que tiene una gran trayectoria y parece que sea más distante en el tú a tú pero en este caso no, estas relaciones nos humaniza a todos».
Teresa, añade: «Creo que a todo el programa de la cátedra le acompañan valores. Y eso lo transmitimos también. Valores de excelencia, innovación, creatividad, sencillez. Tú (dirigiéndose a Sarah) dices humildad, yo te diría sencillez. No podemos hacer grande e inalcanzable lo que es fruto de una perseverancia, de una dirección, de decir lo tengo claro, y voy a por ello. Y compartirlo es una gozada».
Dirige Sarah la mirada hacia atrás. En ese punto en el que decidió atrás aquella idea de prepararse oposiciones para ser profesora e intentar emprender y cómo encontró en la cátedra un lugar seguro en el que desarrollarse sin miedo a no cumplir con los objetivos o, al menos, con la idea que tenía en mente: «Personalmente llegué con mucho miedo a fallar y a que no saliesen bien las cosas. He estudiado magisterio, pero siempre he tenido un poco la semilla, también por parte de la familia, de emprender, de tener ideas, de querer ejecutarlas. Encontré un lugar en el que primero, mis estudios no eran un impedimento para llevar a cabo ideas o proyectos y segundo, un espacio donde se me apoyaba, donde empresarios como Teresa te tienden la mano y se sientan contigo».
La empresaria responde que precisamente en la cátedra, las personas que entran se encuentran un lugar que refleja «lo que ocurre en realidad, un espejo». «Estar en un entorno en el que no tienes miedo de reconocer que temes no tener ese éxito, es importante. El miedo al fracaso está ahí, por eso hay que apoyar porque sentirse una segura también impulsa».
El tiempo es uno de esos bienes, que como muchos intangibles, escasea. Sarah, consciente de ello, valora que empresarias como Teresa no duden en dedicárselo a los demás: «El tiempo de un empresario es muy valioso. Que alguien pare, en el caso del campus de la cátedra por ejemplo, una semana para venir, es una barbaridad».
De su experiencia en la cátedra, Sarah aprendió, sobre todo a «seguir ayudando»: «Me llevo el haber encontrado lo que yo necesitaba en mi vida profesional. En ese punto me di cuenta de que quería hacer un evento que siguiese ayudando y dinamizando la vida de la cátedra, en complemento con otras iniciativas que ya existían». Esa manera de dar un espacio para los que emprenden se llama La Contornà. Un evento organizado por Sarah y Julieta, en colaboración con la cátedra, ¿en qué consiste?: «Cada edición es organizada por una persona diferente, quien elige invitar a personas que le inspiran para que compartan sus conocimientos, historias o experiencias».
Inevitable, antes de cerrar la conversación, hablar de la manera en la que las empresas, tanto las emergentes como las consolidadas, se han volcado en ayudar en la crisis provocada por la dana que arrasó parte de la provincia de Valencia así cómo los alumnos continúan trabajando en proyectos de impacto social.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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