Secciones
Servicios
Destacamos
Dice Alfredo que siempre quiso dedicarse a la pintura, que es una pasión más o menos escondida que le ha acompañado durante toda su vida, pero que sólo fue una vez jubilado luego de su trayectoria como informático en Bancaja cuando cayó en la cuenta ... de que esta afición representaba algo más, una posibilidad de distraerse, entretenerse, mantenerse activo. «Me dije: 'Esto es lo que estaba buscando'». Con «esto» se refiere a su decisión de sumarse a un grupo de veteranos valencianos que cada semana, agrupados en torno a una asociación de acuarelistas y organizados mediante un grupo de guasap, recorren la ciudad, plantan su caballete como hace Alfredo esta mañana de abril en la plaza del Ayuntamiento y atacan el encargo del día: en su caso, plasmar el grupo de palmeras que se interpone desde su posición, junto a los puestos de venta de flores, y el vecino hotel Meliá. A los ojos del profano, el lienzo progresa adecuadamente, pero Alfredo niega con la cabeza y luego señala al resto de sus compañeros de aventuras: «Ahí sí que hay verdaderos artistas».
No lejos de él se sitúa Marisa, que ha elegido otro punto de vista junto a una compañera de pinceles para inmortalizar un rincón de la plaza del Ayuntamiento también muy emblemático: en su caso, orientada hacia la Estación del Norte, sitúa como protagonista de su obra al señorial edificio situado en la esquina de la calle Marqués de Sotelo, en cuya planta baja se ubica la tienda del Valencia. Es una hermosa pieza, que avanza con lentitud y recoge muy bien el aire luminoso de esta mañana, el sol resplandeciendo al mediodía, inundando de magia su acuarela, aún un esbozo. Unos días después, esta pontevedresa de nacimiento pero valenciana de adopción se dispone a ejecutar la misma operación en otro punto de la ciudad, más lejano. Contesta al teléfono mientras viaja en autobús hacia el parque de Martxalenes, feliz con recorrer Valencia para entregarse a una costumbre que define de modo entusiasta: «Esto es más que una distracción», advierte. «Es una pasión».
Es una pasión desde luego común, porque la comparte el colectivo de senios valencianos a quienes auxilia desde una perspectiva más profesional Vicente Tello, artista de prestigio en el ámbito local, que se ocupa de asesorar a sus compañeros de peripecias mientras él mismo acomete su propia acuarela y departe con LAS PROVINCIAS. Explica que miembros del grupo acaban de inaugurar una exposición en el Ateneo Marítimo y comparte el diagnóstico de Marisa: los integrantes de este grupo han convertido lo que pudiera ser en principio un pasatiempo casi en una manera de estar en el mundo, aprovechando el tiempo libre que les regala su jubilación para profundizar en un entretenimiento que les llamaba la atención desde siempre, como es el caso de Marisa, pero al que apenas pudieron prestar atención. «De joven ya me gustaba», confiesa, «pero sólo cuando los hijos se hicieron mayores me pude meter más de lleno». «Disfrutamos mucho», observa.
Una primera persona del plural que llama la atención: por qué abandonarse a este hábito de manera colectiva en vez de decantarse por la soledad del artista, en la única compañía de sí mismo. «Yo también me voy a veces a pintar sola», contesta Marisa, «pero ir en grupo es más gratificante. Nos damos consejos y vemos cómo avanzamos, aunque luego lo resuelvas a tu aire». «Es muy gratificante», explica. A punto de empezar otra sesión matinal, recuerda que antes se dedicó a la pintura en óleo y acrílico pero confiesa que la acuarela le tiene «enganchada». Y concluye: «No sólo me distrae. Es una pasión».
¿Una pasión? Con Marisa coincide otro miembro del grupo, Miguel, en recurrir a esa palabra para describir esta afición común. «Es que es adictivo», señala. Se refiere en concreto a la técnica de la acuarela, que despierta entre quienes la practican un sentimiento compartido de desafío, porque, como explica Miguel, «te permite menos errores. Es una técnica más compleja y al principio te puedes decepcionar con los fallos pero luego ves los resultados y… Es eso, adictiva». Lo dice después de una larga trayectoria como artista aficionado, que empezó a los 14 años, hasta que hace unos quince se pasó a la acuarela: «Es que el óleo huele mal». Y una vez que ingresó en ese mundo, avisa, sólo observa ventajas. Sobre todo, porque este grupo de acuarelistas senior se ofrece apoyo mutuo, sale a veces fuera de Valencia a practicar su afición (Gandía y Requena, recuerda Miguel entre las excursiones más recientes) y organiza incluso quedadas más masivas como la organizada este pasado sábado en el Mercado Central, donde se reunirían el centenar largo de integrantes del colectivo. En la plaza del Ayuntamiento se diseminan esta mañana una docena más o menos de artistas, que llaman la atención de paseantes, curiosos y turistas porque ejecutan su arte con mucha gracia y buen ojo y añaden un toque de color local al paisaje urbano.
También dan algo de envidia, la verdad. Ver a un grupo de 'boomers' como este Miguel que con la calle Correos a su espalda se aplica con esmero en la criatura que recién alumbrada invita a pensar que otra jubilación es posible. Hay alternativas muy activas para el retiro y lo evidencia este caballero pintor, técnico sanitario hasta su retirada hace un año, que detalla con entusiasmo sus progresos en el arte de la acuarela y apunta hacia los beneficios que se deducen de este pasatiempo. «Es terapéutico», afirma Miguel. Lo dice en alusión al chute de energía que garantiza ese hábito de reunirse con los compañeros acuarelistas, porque en efecto, como avisaba Marisa, es una costumbre que engancha. Casi como una droga. «Hay un momento en que necesitas ponerte a pintar», reconoce. Un entretenimiento que anima a practicar por cierto en grupo porque reúne esta variedad otros alicientes: el tercer tiempo. «Después de pintar, siempre te echas una cervecita», sonríe.
Todo son ventajas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.