B. S.
Jueves, 24 de febrero 2022, 01:00
Después de comer y antes de irnos a dormir vamos al servicio a cepillarnos los dientes. Es, prácticamente, un ritual que se nos enseña desde niños para prevenir problemas dentales. Se trata de una acción que hacemos a cada día y, además, varias veces.
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Por este motivo, no sólo es importante realizar un correcto cepillado de nuestra dentadura para tener una buena higiene dental, sino cuidar el cepillo. Es importante que esté en buenas condiciones y seguir unas pautas para conservarlo en el mejor estado posible.
La mayoría de ellos suele venderse en el mercado con un capuchón de plástico que se pone en el cabezal del cepillo, que es, precisamente, la parte que está ne contato con la boca para limpiar los dientes.
Muchas personas creen que ese capuchón debe dejarse siempre puesto en el cepillo para proteger las púas y que no se ensucien. Si has hecho esto con tu cepillo hasta ahora, estabas utilizándolo mal.
De hecho, tapar el cepillo puede ser contraproducente para la salud dental. El capuchón debe utilizarse, únicamente, para transportar el cepillo. Después de lavarnos los dientes, se tiene que enjuagar el cepillo y dejarlo en un recipiente limpio, preferentemente, sin compartir espacio con otros cepillos. Además, debe colocarse en posición vertical para que las púas queden en la parte superior. Si se guardan los cepillos con el capuchón puesto, se crea un ambiente húmedo que favorece la proliferación de microorganismos.
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