Un grupo de personas hacen cola junto a la sede de Casa Caridad en Valencia, en el Paseo de la Petxina. DAMIÁN TORRES
Sociedad
La crisis por el Covid dispara el hambre en Valencia
·
Casa Caridad finalizó 2020 con reparto de alimentos a 600 personas y hoy son ya 1.300 las atendidas mientras surgen nuevos perfiles de necesidad: familias en ERTE o sin empleo, autónomos con pérdidas de ingresos o personas mayores
«Esta crisis es más dura que la de 2008. Vamos a peor y cada vez hay más necesitados en Valencia. Son necesarias y urgentes más ayudas directas para las personas». Es la conclusión de Luis Miralles, presidente de Casa Caridad, tras hacer balance del año más duro para la institución y quienes subsisten gracias a su apoyo, el año de la pandemia, el nefasto 2020.
Una cifra es el ejemplo más claro de hasta qué punto la crisis a causa del Covid ha golpeado los hogares más necesitados. El año 2020 terminó con la distribución de alimentos a 600 personas por parte de la institución valenciana. Hoy son ya 1.300 las atendidas con esta prioridad.
En su balance de 2020, Casa Caridad destacó que ha atendido a 2.504 personas. Cuatro de cada diez son mujeres y el 14% menores. Y este es el nuevo perfil de pobreza surgido en un año en el que el paro ha crecido un 10% en la ciudad y hay 3.600 'sin techo', según Miralles: familias con algún miembro en situación de ERTE o sin empleo, autónomos que han visto reducidos sus ingresos drásticamente o personas mayores. «Son personas hasta ahora normalizadas que llegan con mucha vergüenza en busca de ayuda, porque es la primera vez».
Tal y como ha destacado Miralles, en el año de la pandemia «ha aumentado la precariedad de las personas que ya estaban en riesgo de exclusión social, cronificando su estado, y otras que se encontraban en una situación estable se sitúan ahora en la delgada línea de caer en un escenario sin hogar». En esta tesitura, Casa Caridad les ha apoyado con ayudas directas: 120.000 euros para hacer frente a facturas, alquileres o servicios médicos, entre otras prioridades.
Y la falta de recursos sociales, «como el acceso a viviendas, residencias de mayores o planes de ayuda psicológica agrava la situación de muchos de estos colectivos». Durante la pandemia, ahondan desde Casa Caridad, «se ha continuado con un plan personalizado para cada usuario a pesar de los problemas derivados de falta de acceso a internet o dispositivos digitales», un problema que se ha dejado sentir especialmente en las familias con niños durante el tiempo de confinamiento.
También el año pasado, Casa Caridad abrió el edificio Fénix con ocho viviendas supervisadas para personas con necesidad habitacional. Y el año más terrible en el que la pobreza crece, también más solidaridad. La sociedad valenciana se ha volcado con Casa Caridad con un incremento del 8% en número de socios y un aumento de las donaciones del 45%.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.