
Cuidar el pulmón verde de Valencia
Roberto Ochando, jardinero ·
«En verano el trabajo es similar al del resto del año…Pero la condiciones son más duras»Secciones
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Roberto Ochando, jardinero ·
«En verano el trabajo es similar al del resto del año…Pero la condiciones son más duras»- ¿Qué es lo mejor de trabajar en verano?
- Lo mejor de trabajar en verano es que es cuando más luce el trabajo que ... realizmos durante todo el año.
- ¿Qué es lo peor?
- Que las condiciones son mucho más duras por el calor.
Cuando llega el verano, el calor se deja notar y convierte el asfalto en brasas. Es entonces cuando en Valencia, entre tanto bloque de edificios, muchos vecinos aprovechan para buscar el alivio y el frescor que ofrece la sombra de un árbol. El Jardín del Túria es el espacio ideal para ello. No es raro que si uno pasea por allí una calurosa tarde de verano vea a muchas personas sobre el césped, tratando de refugiarse del sol. Sin embargo, para poder mantener este pulmón verde en la ciudad y todas las especies de plantas que allí se encuentran hacen falta personas que asuman esa responsabilidad. Roberto Ochando,y su equipo de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valencia, se encargan del sector 16 del que es el parque lineal más grande de Europa.
Un trabajo que, según Roberto, es de los que «te tienes que duchar cuando terminas». Sin embargo, es un apasionado de su empleo. «El estado de ánimo de las personas se contagia con el entorno», reconoce. Es por ello por lo que él y su equipo tratan de generar un espacio amable en el que los paseantes puedan sentirse a gusto. Roberto es ingeniero técnico-agrícola y está especializado en jardines. Además, cuenta con varios cursos de poda y de especialización. Sobre todo, tiene experiencia gracias a los 20 años trabajando en el gremio. Lo ha hecho tanto en el sector privado como en el público.
Según su punto de vista, existen grandes diferencias entre uno y otro. «En el sector público, si existe un equipo competente y buena organización, las condiciones laborales son mucho mejores. Esto influye directamente en el producto final. El sector privado tiende a mirar por el beneficio y no tanto por el resultado «.Además, antes las vacaciones de Roberto estaban sujetas a cómo la empresa organizaba los trabajos que tenía que realizar en verano. Ahora, como forma un equipo con varios compañeros, puede delegar las tareas y es más sencillo elegir las fechas para descansar.
Respecto a lo peor de trabajar en verano, Roberto lo tiene claro: el bochorno es insoportable. «En verano el trabajo es similar al del resto del año…Pero la condiciones son más duras», admite. Su jornada comienza a las siete de la mañana y no termina antes de las dos de la tarde. «Intentamos hacer las labores más pesadas antes del almuerzo», explica. Y es que las altas temperaturas golpean con fuerza en las horas centrales del día. En Valencia el termómetro durante el mes de agosto ronda los 35 grados. Sin embargo, saben a lo que atenerse y trabajan a la sombra a la vez que están constantemente hidratándose. Tratan de tomar todas las precauciones posibles para evitar los golpes de calor y las deshidrataciones.
El verano también tiene su cara bonita para un jardinero. Para Roberto el verano es la época del año en la que el jardín puede lucir más y mostrar todo su colorido y esplendor. Él mismo explica que en Valencia «el clima es muy duro en verano y las plantas lo notan y se estresan». «Si no están bien cuidadas muestran los defectos del equipo de jardinería durante todo el año. Si el jardín está en buenas condiciones, quiere decir que el trabajo está bien hecho». Además, para un jardinero es muy satisfactorio que los visitantes del parque puedan apreciar su trabajo.
Roberto cuenta con muchas anécdotas en sus dos décadas trabajando como jardinero. Sin embargo, cuenta con una sonrisa, como la fauna silvestre se adentra en estos espacios verdes de la ciudad. «No es raro encontrarte con alguna tortuga, algún erizo o una ardilla», comienza explicando. «Los ves un día y de pronto se vuelven unos habituales del jardín», asegura. Además, no sólo hay animales salvajes. También se ha llegado a encontrar a alguna mascota que ciertas personas sueltan en el cauce del río como cobayas o hámsters. «Ver que la naturaleza entra en el jardín y decide quedarse porque es un espacio adecuado es muy gratificante», finaliza.
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