Las brechas invisibles del día a día de ser mujer

La rutina está plagada de sesgos con los que la mitad de la población convive | Este 8-M repasamos algunas de las situaciones de desigualdad menos conocidas que marcan la vida de las mujeres

M. Hortelano

Valencia

Miércoles, 6 de marzo 2024

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¿Puede existir discriminación a la hora de enviar un emoticono dentro de un mensaje de whatsapp? ¿Fomenta la igualdad tener el mismo número de baños de hombres y de mujeres en los espacios públicos? ¿Quién decide a cuántos grados se pone el aire acondicionado en una oficina? Detrás de todas estas preguntas hay un sesgo de género. Una manera de condicionar el día a día de más de la mitad de la población: las mujeres. Las brechas de género no sólo existen, es que tiñen buena parte de las rutinas de aspectos tan cotidianos como la sanidad, la educación, la cultura o el trabajo. Este 8-M, Día internacional de la Mujer, repasamos algunas de las más desconocidas, pero más frecuentes.

Hasta el año 2016, una mujer que diera clase en un colegio o que saliera a correr por las mañanas, no tenía un emoticono para enviar por whatsapp que la representara ejerciendo esa actividad. Para decir que era 'runner' en su grupo de amigas, tenía que enviar el emoji del corredor. Y lo tuvo que hacer hasta ese año porque los iconos (nacidos en 1999) con los que se dibujaban las profesiones de cantante, agricultor, científico, estudiante o médico, por poner algunos ejemplos, sólo tenían a un hombre haciendo esa tarea. El día de la mujer en la ciencia, sin ir más lejos, era imposible de contar en el lenguaje de los emojis, el más usado, junto con el de stickers, hoy en día. En 2016, Unicode, la empresa encargada de los emoticonos sumó 11 nuevas profesiones en femenino y añadió un nuevo género a otras 33 que por entonces sólo tenían la cara de un hombre.

Las series de dibujos animados con las que los niños y niñas tienen su primer contacto con el mundo audiovisual tampoco escapan a las brechas de género. El 77% de los personajes femeninos reproducen roles típicos de la feminidad en las series de dibujos, según un estudio de la asociación de mujeres cineastas y del audiovisual de 2023. Si en la serie hay una voz en off que nos cuenta la historia, en un 86,6% ha sido con voz de hombre, y sólo un 13,4% la historia ha sido contada por una mujer o una niña. Además, cuando los personajes que protagonizan un episodio son chicas, lo hacen para temas relacionados con familia y cuidados en el 48% de los casos. Ah, y si se trata de acudir al rescate, ellas son las rescatadas por ellos (68%) y sólo un 32% de las veces a un chico lo rescata una chica.

Quién cuenta las cosas es casi tan importante como quién les pone cara. Y en la gran pantalla que es el cine, sólo el 38% de los personajes principales en 2002 habían sido protagonizados por una mujer. Los hombres son los personajes principales en un 60% de los casos. Eso, por no hablar de la representación mayoritaria de escenas protagonizadas por mujeres en las que se descafeínan momentos vitales como el embarazo o el parto. Así, no es raro encontrar a una mujer perfecta y sin dolores tras dar a luz o visibilizar un parto rápido e idílico.

  

Los medios de comunicación acudimos a expertos y fuentes para que complementen nuestras informaciones y den su opinión respecto a temas muy diversos. Sin embargo, según el proyecto de monitoreo global de medios, en su informe «¿Quién figura en las noticias?», en España, un 79% de las personas que aparecen reflejadas como testimonio o fuente son hombres. En prensa escrita, en el total de artículos revisados, sólo en un 21% las expertas consultadas eran mujeres. Un 32% en el caso de las noticias de radio, y un 36% en las de televisión. Por eso, cada vez son más comunes las guías de expertas, en femenino, en las que se recogen las profesionales de todas las disciplinas a las que poder consultar para informaciones especializadas. En Valencia, por ejemplo, la agenda de expertas la editó la Unió de Periodistes.

La presencia de mujeres en los libros de texto con los que nos educamos en el colegio va más allá de las veces que las protagonistas de la historia son ellas y no ellos. Según un análisis a tres editoriales de libros de la ESO, sólo un 7,5% de las imágenes y citas de esos libros eran de mujeres.

La representación gráfica de quienes merecen un monumento supone siempre un orgullo. Son figuras distinguidas por sus aportaciones, que cuentan con un sitio privilegiado, en forma de estatua, en nuestro espacio público. Pero, de las estatuas que se pueden observar en las calles y parque de Valencia, apenas 14 son mujeres. Y de ellas, más de la mitad son santas o reinas. Y eso que en la ciudad y alrededores hay más de 250 monumentos dedicados a figuras de renombre. En Valencia tenemos a una niña con coletas, varias vírgenes, una estatua dedicada a Concha Piquer, a la dona valenciana, a Palas Atenea o a la Diosa Flora. Tan solo a una ciudadana anónima, con nombres y apellidos. Empar Barrón, una víctima de violencia de género. Algo similar sucede si echamos un simple vistazo al callejero de cualquier ciudad arroja un déficit de vías con nombres de mujeres. En Valencia, según los últimos datos municipales, sólo 49 de las casi 3.000 calles están dedicadas a mujeres.

Nuestro país se prepara para la entrada en vigor de la ley de paridad en los órganos de decisión. La igualdad deberá cumplirse en las listas electorales, el sector público estatal, sociedades cotizadas, grandes empresas y colegios profesionales. En el ámbito político se han dado grandes pasos, pero ha sido necesario fijarlo por norma para poder conseguir la foto que se tiene hoy en día de algunos parlamentos y gobiernos. En la Comunitat, por ejemplo, en Les Corts hay ahora mismo 53 diputadas y 46 diputados. En el Consell, también hay 53 mujeres como altos cargos, por los 83 hombres que ocupan un puesto de responsabilidad. Presidencia (siete mujeres por 21 hombres), Medio Ambiente (cinco mujeres de 16 cargos) o Agricultura (una sola mujer en ocho puestos) son los que arrojan cifras más desiguales.

  

Con la arquitectura de la ciudad de Valencia las cifras no son más optimistas que en el resto de apartados de este reportaje. De los grandes edificios del cap i casal, apenas un par llevan firma de arquitecta. Más allá de la restauración del Teatro Rialto, abordada por la arquitecta Cristina Grau en 1988 y de la construcción del edificio que alberga la actual Conselleria de Educación, en Campanar pocos más inmuebles reconocidos están firmados por mujeres. Pilar de Insausti y Cristina Grau fueron las primeras mujeres tituladas en la Escuela de Arquitectura de Valencia en 1972. En su día pioneras para las mujeres arquitectas.

¿Puede una vivienda tener género? La respuesta es sí. O al menos, puede ser construida teniendo en cuenta esa perspectiva. En Valencia, en la anterior legislatura se proyectó un edificio basada en criterios feministas que acabaran con las desigualdades de género y fomentaran la conciliación familiar y la corresponsabilidad en los cuidados. ¿Cómo? Pues con cosas como dormitorios del mismo tamaño, para no fomentar jerarquías, sin baño integrado y aseos que puedan usarse por más de una persona a la vez. La cocina se recomienda que esté conectada al resto de la vivienda y espacios para hacer la colada grandes e integrados. Los espacios comunes del edificio deben ser seguros y predispuestos a la socialización.

Las mujeres ejercen mayoritariamente las tareas fuera del trabajo, cuidan en un mayor porcentaje de hijos y personas dependientes y cobran salarios más bajos. Por ejemplo, el 87% de las excedencias para el cuidado de hijos recae en ellas. Y esto, tiene problemas añadidos. El 63,1% de las bajas debidas a trastornos mentales y del comportamiento se produjeron en mujeres. Estas bajas no sólo son más, sino que además son más largas. En 2021 el número de días totales de ausencia de las mujeres por esos motivos fue de 24,4 millones y el de los hombres de 13,6 millones. La ansiedad, por ejemplo, es una patología más femenina que masculina.

Las mujeres presentamos unas diferencias significativas en salud respecto a los hombres. Un 31,7% de las mujeres ha acudido a una consulta médica en las últimas cuatro semanas, frente a un 26,7% de los hombres. Ellas se deprimen más (19,7% frente a 14,8%), pero tienen menos obesidad (43,9% frente a 53,5%) aunque son más sedentarias (56,1% no practica nunca ejercicio físico, frente al 46,3% de los hombres)

Las mujeres cobran 1.300 euros menos que el sueldo medio de los hombres en 2008. Las mujeres cobraron en 2021, de media, menos que la media de lo que cobraban los hombres hace quince años. Es uno de los resultados que arroja el informe sobre la brecha salarial en la Comunitat Valenciana elaborado por los sindicatos UGT y CC OO. Esta brecha salarial de género asciende a más de 5.000 euros. Es lo que cobran al año más los hombres que las mujeres, un 20,24% más que ellas.

Las mujeres trabajamos dentro y fuera de casa. Lo dicen los datos, de un informe de la ONU recurrente, que sentencia que el el 75 % del trabajo no remunerado a nivel mundial lo realizan las mujeres. Pero, en España, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, se repite el mismo panorama y las cifras también confirman la feminización de los cuidados. Las mujeres invierten 12,5 horas más a la semana en trabajos de cuidado no remunerado que los hombres. Es decir, asumen más carga en el hogar, cuidando, lo que desemboca en más cansancio y en menos horas de trabajo remunerado que los hombres en la mayoría de casos. Según cifras de la ONU Mujeres el trabajo doméstico o no remunerado representa entre un 10% y un 39% del producto interno de un país.

Más de la mitad de profesiones de nuestro país están masculinizadas. O lo que es lo mismo, el número de hombres que cubren los puestos de un determinado oficio son hombres. Por contra, sólo un tercio de profesiones está feminizado. Ellas tienen mayor protagonismo en sanidad o educación, pero también en el sector servicios, como cajeras, dependientas o en atención al público. En el lado de las masculinizadas, directores ejecutivos de empresas y de la administración pública, mecánica, seguridad, ingenieros, físicos, químicos o matemáticos.

La ciencia sigue siendo un agujero negro para las mujeres. Las brechas de género en educación y entre los graduados en nuevas tecnologías y carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas siguen siendo una realidad. Así, por ejemplo, en el ámbito de la inteligencia artificial, una nueva disciplina que será muy demandada, a escala internacional, apenas el 22% de los profesionales son mujeres.

En el mundo existen, actualmente, una veintena de métodos anticonceptivos. Sin embargo, sólo dos son masculinos: el preservativo y la vasectomía. La inmensa mayoría de métodos contra la concepción voluntaria son administrados en mujeres: la píldora, parches, el DIU, el anillo… Las barreras contra los embarazos siguen siendo responsabilidad de ellas.

Créditos

En la elaboración de este reportaje han colaborado las periodistas Marta Palacios, Noelia Camacho, Carmen Velasco, Patricia Cabezuelo, Laura Garcés, Sara Bonillo y Tamara Villena. Todas las cifras están extraídas de informes y estudios de organizaciones públicas y privadas: Asociación de mujeres cineastas y del audiovisual, Proyecto de monitoreo global de medios, Women's legacy, La mujer invisible (Caroline Criado), ONU mujeres, INE, CIS, Ayuntamiento de Valencia, Ministerio de Sanidad, CCOO, UGT, Fundación Caixabank y Fundación Línea Directa

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