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Atención a menores con altas capacidades en un centro de La Rioja. Justo Rodríguez

¿Cómo sé si mi hijo tiene altas capacidades?

Aburrimiento en clase, problemas para socializar, extrema curiosidad por el funcionamiento de las cosas... Analizamos las señales más habituales y los mitos y errores que rodean a esta condición del desarrollo intelectual

Domingo, 23 de junio 2024, 00:26

En el universo de las altas capacidades aún no está todo dicho. No es un asunto de dos y dos son cuatro. De hecho, concretar ... con palabras esta condición humana «no es fácil», pues se trata de un grupo «altamente heterogéneo y no existe una definición asumida en común por todos los especialistas».

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Así lo reconoce la Asociación Valenciana de Apoyo a las Altas Capacidades Intelectuales (AVAST). No obstante, sí apuntan los expertos una serie de rasgos que pueden ayudar a los profesores o familias a reaccionar a tiempo e intentar confirmar los casos posteriormente con evaluaciones psicopedagógicas.

Por lo general, son niños y niñas que «aprenden rápido, con menos práctica, y relacionan ideas con rapidez». Suelen tener buena memoria y un amplio vocabulario que a veces sorprende para su edad, con una comprensión muy avanzada de los matices de las palabras, metáforas e ideas abstractas.

A estos alumnos les fascinan los problemas que implican desafíos con números y acertijos. Muchos, no todos, aprenden a leer de forma autodidacta a edades tempranas.

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Además, suelen ser bastante sensibles y emocionales. Es habitual la aparición del «idealismo o el sentido de la justicia» desde bien pequeños, apuntan desde la asociación. A algunos les preocupan los temas sociales y políticos.

Dedican más atención más a aquellos temas que les interesan o entrañan un reto intelectual. Es común verles ensimismados en sus pensamientos y, otras veces, impacientes. Son de naturaleza 'preguntona', por encima de lo que se les enseña, y a veces sin límites. Suelen mostrar gran interés por experimentar o resolver las cosas de manera diferente a la programada, buscando el camino menos obvio.

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Algunas falsedades extendidas

Uno de los mitos más extendido es que los niños con altas capacidades tienen un rendimiento alto en todas las materias. Según AVAST, «no es así e incluso algunos tienen dificultades de aprendizaje». Potencial no es lo mismo que rendimiento.

La asociación también desmiente la idea de que este colectivo no necesita ayuda ni medidas diferenciadas. «Su capacidad es tal que con un currículo ordinario obtienen buenos resultados con esfuerzos mínimos y eso puede llevarles al fracaso en etapas avanzadas».

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Otra idea que desean enterrar es la que concibe a los niños de altas capacidades como sobreestimulados por sus padres. «Es cierto que la estimulación ayuda a desarrollar el potencial de las personas, pero no puede crear individuos con capacidades intelectuales superiores al resto», matizan.

Tampoco es cierto que la OMS haya marcado el 130 de CI como puntuación a partir de la cual se es superdotado. «Este mito está muy arraigado y la organización no define en la actualidad la superdotación en función del cociente intelectual».

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Además, defiende la asociación, tener una inteligencia alta o un CI elevado no es lo mismo que tener altas capacidades. Y lo argumentan así: «Puede ser uno de los componentes, pero no lo es todo. Igual que la altura es importante para ser un buen jugador de baloncesto, pero hay más factores».

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