Directo El precio de la luz se encarece con la nueva tarifa este lunes: las horas prohibitivas para enchufar electrodomésticos
María Fernanda Alvarado
VALENCIANOS ANTE LO INEXPLICABLE (8)

La niña que sabe cosas que nadie ha contado

«Nunca había creído en las percepciones inexplicables de los niños. Hasta que mi hija de tres años dijo el nombre de un familiar fallecido y el de otra persona de la que jamás le habíamos hablado en casa. ¿Cómo es posible que conociera esa información?»

Sábado, 15 de junio 2024, 01:21

Médicos, profesores, empresarios. Mayores, jóvenes… Da igual la dedicación, edad o creencias religiosas. Son muchos los valencianos que guardan en su memoria vivencias personales para ... las que el paso de los años no trae una explicación razonable. Sean o no paranormales (no habrá manera de saberlo), sean o no proyecciones de su mente, son percepciones que les han marcado.

Publicidad

Estas experiencias forman parte de la fascinación por lo que no comprendemos. Suelen reservarse o se comparten sólo con personas íntimas, con el convencimiento de que otros no les van a creer. Los testigos temen, a menudo, que duden de su veracidad y se cuestione su razonamiento o estado mental.

Por eso hemos buceado entre familias valencianas rescatando vivencias desde el respeto, la honestidad y el anonimato (quien lo prefiere). Eso sí, poniendo el filtro en personas completamente cabales que llevan una vida normal y, sencillamente, no pueden encajar lo que vivieron.

Este es el relato en primera persona de una madre que describe unas conductas de su hija que sobrepasan los límites de lo comprensible. A día de hoy, todavía no ha logrado entenderlo.

Beatriz. Profesora. 40 años

Siempre he oído que los niños tienen percepciones inexplicables, pero nunca lo había creído. Hasta que mi segunda hija Celia empezó a crecer y cumplió 3 años. A partir de esa edad ocurrieron varias cosas que no logro entender y me llevan a pensar en una capacidad de conocimiento en los más pequeños que podría estar aún inexplorada.

Publicidad

El primer hecho sorprendente sucedió un día en que su hermana mayor había ido al hospital por una enfermedad y los médicos le pusieron una vía para suministrarle medicación por gotero.

Como la niña pasó varias horas en el centro en observación Celia se quedó mientras tanto con mis padres. Y de repente, sin poder saber de modo alguno lo que estaba sucediendo con su hermana, preguntó en la casa de sus abuelos: «¿Por qué la 'teta' tiene una goma aquí?», señalando el brazo donde la mayor tenía la vía.

Como es lógico, pregunté entre la familia y nadie le había dado esa información porque, sencillamente, no la sabían. La pequeña tampoco había estado en un hospital como para conocer este procedimiento médico. Fue realmente desconcertante y, por vueltas que le dimos, no logramos encajarlo con una explicación razonable.

Publicidad

A partir de aquello, otro día le pusimos a prueba por mera curiosidad: le preguntamos si sabía cómo se llamaba la hermana ya fallecida de un bisabuelo al que no ha llegado a conocer y de la que nadie le ha hablado jamás. Se nos quedó mirando unos segundos y pronunció: «Amparo». Era cierto. Ese era su nombre. Yo y mi marido nos quedamos helados.

El tercer caso, también en otro intento de confirmar esa llamativa cognición, fue un día que sacamos un juego de cartas que nos regaló hace muchos años la expareja de mi hermano, una mujer a la que tampoco la niña conoció y de la que nunca no se ha hablado en familia durante sus tres años de vida.

Publicidad

En este caso, le preguntamos si sabía quién nos había regalado ese juego. Y de nuevo pronunció su nombre sin dudar. Pero además espontáneamente: «Es una amiga del abuelito». Eso no era exacto, pero de algún modo que no comprendemos sabía que era una persona con un vínculo con un miembro masculino de la familia.

Le hemos dado muchas vueltas. ¿Cómo es posible que conociera esa información? A día de hoy, no hemos logrado entenderlo y nos ha quedado el convencimiento de que puede existir una capacidad humana de cognición a edades tempranas que escapa todavía al conocimiento científico. Quizá sea algo natural, algo que está ahí en el cerebro. Sin ser mágico, esotérico, ni nada parecido. Simplemente, algo que todavía no se ha descubierto. Igual que existe la intuición, pero a un nivel más intenso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad