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Daniel Sancho ha sido condenado este jueves a cadena perpetua por el asesinato del cirujano Edwin Arrieta. Se libra de la pena de muerte pero tendrá que pasar el resto de su vida en prisión, salvo que se rebaje la pena tras el recurso que presentará la familia del hijo del popular actor Rodolfo Sancho.
El cocinero se encuentra actualmente en una cárcel más tranquila como la de Samui desde el 7 de agosto de 2023, sin embargo, ahora podría ser trasladado a una completamente diferente. Entre las opciones se encuentra Bang Kwang, conocida como el «Hilton» o «El gran tigre».
Situada en Bangkok, es una de las prisiones más peligrosas de Tailandia: «A día de hoy la cárcel supera los 7.000 internos en lugar de 3.000. Son presos violentos con delitos de sangre y violación», ha señalado en La 1 Javier Casado, director de la Fundación +34.
Los reclusos se encuentran hacinados, conviviendo entre 50 y 60 personas siendo la capacidad para 25. Presos de allí señalan que es muy complicado dormir por el calor, la humedad, el olor y porque algunos presos se masturban sobre otros compañeros.
La comida es muy pobre y de poca calidad, mientras que la higiene brilla por su ausencia. La tasa de mortalidad cumplidos los dos años allí es del 25% debido a la falta de alimentación, la violencia, los suicidios y las enfermedades.
«Los reclusos mueren por desnutrición, enfermedades y violencia. Pagan a mafias, tienes que pagar tu comida, hay fuertes coacciones e incluso pueden utilizarte como objeto sexual», explicó en Código 10 el analista Fernando Cocho, que añadió que «es una condena a muerte indirecta».
Hay peleas y agresiones diarias y distintos documentales han mostrado la corrupción que tienen los guardias y también el abuso de poder que ejercen. «Nada más plantar un pie me pusieron cadenas. No las que se ven en televisión, estas pesan cuatro kilos y fueron aplastadas a mis tobillos a martillazos por los oficiales», relató Colin Martin en su libro autobiográfico 'Bienvenido al infierno: La lucha por la vida de un hombre en el Hilton de Bangkok', después de pasar una década en Bang Kwang, que lo cataloga como un «infierno».
Si Daniel Sancho finalmente ingresa allí, coincidirá con Artur Segarra, un español que torturó, mató y descuartizó a David Bernat en 2016. Fue condenado a pena de muerte pero envió una carta al rey de Tailandia, confesando su culpabilidad y pidiendo que no se le ejecutara. Finalmente, la pena fue conmutada por la cadena perpetua en Bang Kwang.
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