B. S.
Martes, 5 de julio 2022, 01:28
La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) se encarga de asegurar que los vehículos en circulación mantienen unas condiciones de seguridad por encima de los mínimos exigidos, para minimizar el riesgo de accidentes por causas técnicas y reducir las emisiones de los gases de escape. Para ello, la ley establece una periodicidad mínima con la que los vehículos deben pasarla así como situaciones extraordinarias que obligan a acudir a la revisión.
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Esta revisión es fundamental para garantizar que el coche está en condiciones óptimas para circular con seguridad. Si todo va bien, el resultado será favorable. Si los conductores no la pasan, no pueden circular hasta conseguir superar la inspección.
No obstante, desde este viernes, conseguir el apto de la ITV es algo más complicado, ya que los vehículos que acudan a pasar la inspección tendrán que someterse a dos pruebas adicionales.
Se trata de dos medidas que se habían retirado de forma temporal debido a la situación sanitaria provocada por el coronavirus, ya que se requería el acceso al habitáculo interior del vehículo. No obstante, ahora que han mejorado los datos, se han recuperado. Se basan, principalmente, en la comprobación del correcto estado del troquelado del bastidor y de la centralita electrónica del vehículo mediante el lector OBD (On Board Diagnostics).
Por una parte, el número de bastidor de un vehículo es una combinación única de 17 dígitos alfanuméricos que identifica los vehículos que se comercializan en Europa. En la ITV se comprueba el estado de este cógido, su existencia y que coincida con el número de documentación.
Por otra parte, el el lector OBD es un sistema que permite la conexión con un ordenador externo a la centralita electrónica del vehículo. La finalidad de la utilización de este sistema es la de comprobar si existen modificaciones no autorizadas en la centralita electrónica de control del vehículo.
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Estas nuevas pruebas van a ser, a partir de ahora, miradas con lupa en la revisión. No obstante, no todos los coches deben pasar por esta nueva normativa.
El control de emisiones con el sistema OBD se aplica exclusivamente a los vehículos matriculados a partir del 1 de enero de 2011, y a los industriales desde el 1 de enero de 2014.
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