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B. S.
Jueves, 10 de febrero 2022, 00:50
Vivir con un gato en casa es toda una responsabilidad. Los felinos tienen muchas manías que debemos respetar para que, compartir el mismo techo, no acabe convirtiéndose en un infierno. Son animales que requieren muchos cuidados, mimos y atención.
A diferencia de los perros, los gatos no necesitan pasear por la calle, puesto que detestan salirse de su zona de confort. Además, no son animales sociables por lo que no tienen la necesidad de relacionarse con gatos desconocidos.
Otra peculiaridad de los gatos es que adoran esconderse. ¿Cuántas veces nos hemos pasado un buen rato buscando a nuestra mascota? A estos animales les gusta ocultarse en lugares de lo más insólitos, especialmente, en sitios cerrados, oscuros, calentitos y tranquilos. También disfrutan trepando por los lugares más altos de la casa, como las cortinas, el sofá o la encimera de la cocina para sentirse protegidos ante cualquier peligro.
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Los gatos son muy respetuosos con su espacio e intimidad, pero no son ariscos como piensan muchas personas. De hecho, notarás que cuando están mucho tiempo solos en casa, te siguen a todas partes cuando regresas al hogar. Hasta para ir al baño. Y es que tienen varias formas de mostrar su aprecio y decirnos 'te quiero', una de ellas, es guiñando el ojo. También disfrutan durmiendo con sus dueños, aunque es una práctica a la que no se deberían acostumbrar. Su ciclo de sueño puede verse alterado. Además, aunque no seamos alérgicos a los gatos en un principio, llevarnóslos a la cama puede descencadenar en una serie de enfermedades respiratorias.
No obstante, a la hora de interactuar con nuestras mascotas, no todo vale. Al menos, con los gatos y, en este aspecto, son ellos los que mandan. Algunos gatos reaccionan con agresividad al contacto físico, mientras que otros pueden tolerar nuestros acercamientos.
Así, la clave está en concender a nuestro gato la capacidad para elegir y controlar las interacciones. Por ejemplo, es importante que manifieste si desea recibir cariño y que controle la zona de su cuerpo en la que está dispuesto a ser acariciado y durante cuánto tiempo.
A los felinos les gusta que les acaricien sus dueños alrededor de las zonas en las que se localizan las glándulas faciales, como la base de las orejas, debajo la barbilla y cerca de las mejillas mientras que prefieren no ser acariciados en la cola, en la barriga o en el lomo.
Es fácil saber si tu gato se siente cómodo si le acaricias. Si tras interactuar con tu mascota observas que parpadea de forma exagerada, sacude la cabeza o el cuerpo o se lame la nariz, no ronronea y se asea repentina rápidamente significa que, en ese momento, no está buscando cariño y está reclamando su espacio.
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