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Un monolito en Rumanía. AFP

El misterio de los monolitos

Hallan una nueva pieza de metal en la 'Montaña Sagrada' de Rumanía, que sigue la estela de la que apareció en un desierto de Utah y que ha sido expoliada

J. A. Guerrero / COLPISA

Madrid

Jueves, 3 de diciembre 2020, 12:31

Un misterio, una casualidad, un nuevo Banksy, o quizás una magnífica campaña de marketing... el caso es que la aparición, casi al mismo tiempo, de dos monolitos de metal en lugares remotos y separados por miles de kilómetros sigue dejando de piedra a los amigos de los fenómenos extraños. Primero fue el enigmático monolito metálico hallado en un desierto de Utah, junto a unas extrañas formaciones geológicas, el que desató todo tipo de especulaciones, viralizadas luego tras la desaparición de la pieza. Y esta misma semana se ha dado cuenta de la localización de un objeto similar encontrado el pasado 26 de noviembre al norte de Rumanía, con unas pequeñas inscripciones, que siguen una especie de patrón. Está colocado en la llamada 'Montaña Sagrada', el monte Ceahlau, donde existen unas ruinas de fortalezas levantadas por los dacios en el siglo I a.C. para frenar el avance del Imperio Romano. La leyenda sitúa en este lugar el refugio de Zalmoxis, el antiguo dios de los dacios, lo que ha abonado aún más las teorías más fantásticas, que no han pasado por alto que en '2001: Una odisea en el Espacio', los simios encuentran una estructura similar de origen alienígena.

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No es el rumano el mismo monolito que su 'gemelo' aparecido y desaparecido en Utah, pero su altura, unos tres metros, es casi igual, y también su construcción a base de acero pulido. El monolito europeo apareció en una propiedad privada, pero está dentro de lo que se considera un área protegida por su alto valor arqueológico, por lo que preocupa que la zona se llene ahora de curiosos como sucedió en Estados Unidos.

En Utah siguen preguntándose por la desaparición de su pieza, hallada de casualidad por funcionarios que sobrevolaban en helicóptero la zona cuando hacían un recuento de muflones. No quisieron publicar el lugar exacto no tanto por miedo a que lo expoliaran (como ha ocurrido) sino para evitar accidentes por lo abrupto del lugar y lo alejado de la 'civilización': para llegar se necesita casi una hora de viaje por el desierto y una caminata de otra media hora. Sin embargo, no pudieron evitar que se divulgaran por las redes sociales las coordenadas del sitio. Gracias a Google Earth se ha descubierto que la estructura de Utah estaba anclada en ese desierto al menos desde 2015, pero «podría llevar allí muchos más años», dijo un portavoz local. El monolito recuerda las obras del escultor John McCracken, un artista que vivió cerca de Utah y murió en 2011. El artista dijo una vez a su hijo que le encantaría dejar sus obras en ambientes perdidos para que fueran descubiertas más tarde.

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