Cayetana Sancho-Tello estudió Derecho y después de estudiar un master en Madrid se quedó a trabajar en la capital, en un despacho inglés. «La ... verdad es que estaba muy satisfecha con mi trabajo, no puedo decir que sintiera que no estaba haciendo lo que quería», admite Cayetana, que conoció allí al que hoy es su marido, andaluz de origen. En aquella época sus amigos se casaban, y las invitaciones no paraban de llegar. «Sumé ocho bodas en un año, y acompañando a mi marido a una tienda de alquiler de esmoquin se me ocurrió que por qué no un negocio igual para las mujeres», recuerda.
Publicidad
Noticia relacionada
Todavía se acuerda la estupefacción que provocó en sus padres cuando les llamó para contarles que su futuro iba a dar un giro de 360 grados, que el Derecho iba a quedar aparcado, y que el alquiler de trajes de fiesta iba a acaparar toda su atención. «Mi padre me dijo que me había vuelto loca, imagina que desde que se lo comuniqué hasta que encontré una diseñadora sevillana al que encargarle los trajes había pasado un mes».
Su primera tienda se instaló en Madrid, y llegó acompañada de muchísimos miedos porque al mismo tiempo que emprendía, lloraba por haber dejado el mundo de la abogacía. Pero fueron pasando los años y la segunda se abrió en Castellón, aunque como valenciana siempre quiso regresar al lugar que la vio nacer. «Fue en el momento en que mi abuela se puso malita cuando la cabeza me hizo clic. Pensé que me tenía que centrar en Valencia, que era aquí donde quería vivir en el futuro, así que vendí el negocio en Castellón, también en Madrid, y hace tres o cuatro años decidí también dejar a la diseñadora sevillana porque me apetecía lanzarme yo a crear mis propios diseños».
Cayetana ya sabía qué querían sus clientas, lo había visto en su día a día atendiéndolas, conocía sus gustos, así que sólo le faltaba tener el valor para dejar atrás esos miedos que también le habían acechado en sus primeros pasos. Así, ha conseguido hacerse un hueco en el mundo del alquiler de trajes de fiesta, donde tiene un precio fijo estipulado, 70 euros, donde se incluyen también los complementos. «Atendemos a más de 1.500 clientas al año», asegura Cayetana, a la que no es difícil ver siempre acompañada de sus dos perros salchicha, los que han servido de icono de la firma, y que van con ella a la tintorería, se mueven por la tienda. «Siempre están a mi lado».
Publicidad
La diseñadora -ahora sí lo puede decir bien alto- está muy orgullosa porque cada año salen colecciones nuevas, innova con creaciones atrevidas y trabaja con vestidos hasta la talla 50. Una de las bases de sus diseños son además la calidad de las telas con las que trabaja, porque de esta forma pueden ensancharse y estrecharse para ajustarse al cuerpo de cada mujer.
En un momento en el que hay todo un debate sobre la necesidad de apostar por un modelo de moda mucho más sostenible, el alquiler de prendas de fiesta es uno de los pilares sobre el que se puede apuntalar. «No tiene sentido que llenemos el armario de vestidos de fiesta que sólo vamos a usar una vez, y que acabarán en un contenedor».
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.