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Costó mucho que Rosa Lladró aceptase salir en las fotos con uno de los kimonos de su firma Vida y Milagros. Con su carácter discreto, ... prefiere que la visibilidad la tengan sus kimonos, cuyos estampados diseña ella y se confeccionan en su taller. «Coser la seda es un trabajo muy difícil y delicado, pocas costureras se atreven».
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La tienda donde vende sus prendas, en el número 12 de la calle la Nave, es igual de discreta. Podrías pasar de largo pensando que se trata de una galería de arte porque los kimonos están sobre estructuras de madera como si fueran esculturas. El interior del espacio respira esa misma sensación, y no sólo porque en las paredes cuelgan obras de Felicia Puerta y Marisa Casalduero, sino porque los kimonos son piezas artísticas. «Intento que las prendas sean muy limpias, ni el cuello ni las mangas tienen volantes ni lorzas, por eso son como lienzos en blanco donde se da todo el protagonismo a la seda y al dibujo».
Lo que más atrae de los kimonos son los tonos vibrantes e intensos. «La seda permite una saturación de color que no se puede lograr en otros tejidos», explica Rosa Lladró. Ella se ocupa personalmente de todo el proceso de diseño del estampado y de la selección de las tonalidades. «Primero defino la base de dibujo y luego con los colores voy cambiando el resultado. Los gustos son muy personales, como los sabores, y un cambio de tono puede cambiar radicalmente el mismo dibujo».
La estampación digital permite tantas posibilidades que la diseñadora realiza pruebas sobre el tejido antes de encargar las definitivas. «La seda la traigo de Oriente porque ellos compran grandes cantidades en liso y no hay países donde se produzca así».
La confección se realiza completamente a mano en su taller. Cada modelo de kimono tiene un estampado único y exclusivo del que se producen muy pocas unidades. «Por eso es muy poco probable que coincidas en una boda, o en cualquier otro encuentro especial, con otra persona con el mismo kimono artesanal», explica.
En cuanto al patrón, los hay con varios largos, desde el corto a la cadera, al midi y largo. El satén de seda, confeccionado en doble capa, da a la prenda un movimiento y un peso muy especial. Los colores suelen presentar contraste entre el interior, las mangas y las solapas: burdeos y verde esmeralda, turquesa y rojo, azul tinta y negro, verde pistacho y champán, naranja y morado, oro y azul marino con forro en berenjena… las combinaciones son atrevidas pero elegantes, un exceso que se compensa con las líneas suaves y limpias de los kimonos.
«Los estampados de mis colecciones surgen de las ganas de experimentar, del atreverse a probar, de buscar una manera de crear moda de lujo lejos de la rigidez y temporalidad del fast fashion», explica Rosa. Por eso las prendas son atemporales. «No se rigen por temporadas, por tendencias efímeras o por los colores que más se llevan en cada momento. Nuestro objetivo es la armonía, la versatilidad, la belleza tranquila a veces, también alegre y chispeante o sobria y elegante… según la ocasión».
Rosa Lladró, que adora la cultura nipona y, además, es perfeccionista, matiza que sus kimonos no siguen los patrones estrictos de los que se confeccionan en Japón. «Son de inspiración oriental, pero con un estilo mediterráneo que permite que los uses desde un evento hasta con vaqueros».
Cada temporada, Rosa diseña 20 o 30 kimonos distintos, con diferentes estilos, y también alguna blazer, pañuelos y chales y bolsos de mano, todo de seda. Aunque en la colección se cuela alguna pieza monocolor, predominan los estampados, muchos con influencia japonesa. «Allí -explica Rosa- los patrones florales se eligen para representar los cambios estacionales. Por ejemplo, los crisantemos, un motivo común, se utilizan para simbolizar longevidad, belleza y transformación». De hecho, una de las colecciones de kimonos lleva por título 'Jardín de color', con piezas estampadas de jacarandas, adiantums o callunas.
¿Cómo se llevan los kimonos? Durante el día, si es verano, Rosa recomienda elegir una base neutra, como vaqueros y top blanco, y dar un toque de alegría con un kimono de color. «Para la noche, combínalo con un vestido negro entallado o unos pantalones palazzo y un top de seda. Añade unos zapatos de tacón o stiletto y unos pendientes llamativos»
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