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Interior de Caye&Co, uno de los locales en Valencia donde se pueden alquilar prendas.

La moda también se alquila

En los últimos años han surgido locales donde se puede conseguir a buen precio un vestido de firmas reconocidas para lucir en un evento o incluso en el día a día

Sábado, 8 de abril 2023, 00:30

Hasta hace pocos años, el alquiler de prendas para eventos era algo exclusivamente masculino. Los hombres alquilaban un chaqué para una boda o un esmoquin para una fiesta en tiendas como Casa Rosita, una de las veteranas en este tipo de negocio. Pero de un ... tiempo a esta parte se está generalizando el alquiler de prendas femeninas para bodas, desde tocados hasta vestidos completos, incluidos los complementos.

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Alquilar un vestido es práctico sobre todo cuando entras en esa franja de edad entre mediados de los veinte y los treinta y comienzas a recibir invitaciones de boda, una detrás de otra. Cuando sumas bastantes en un año, el presupuesto para vestido, peluquería, complementos y regalo de los novios se dispara, así que la opción del alquiler es una buena alternativa y permite no repetir modelito.

Es lo que le sucedió a la valenciana Cayetana Sancho Tello, que decidió montar una tienda de alquiler cuando se dio cuenta de la cantidad de vestidos y complementos que iba a necesitar en su temporada de bodas. «No quería repetir look en todas ellas, ya no por un tema banal, sino porque cada boda era en una época distinta y no me iban a caber los vestidos en casa. Además, la época de bodas comienza a mediados de la década de los veinte y termina una década después, a mediados de los treinta; lo que te pones con veinte años quizá no lo hagas con diez más, así que me lancé a este negocio comenzando por un local pequeñito en Madrid en 2014». Lo bautizó con las iniciales de su nombre, Caye&Co, y se fue especializando en el alquiler y venta de looks completos para todo tipo de eventos: bodas, bautizos, comuniones, graduaciones, eventos falleros. «No sólo damos la opción de alquilar un look completo con todos los complementos, sino que asesoramos a las clientas para que vayan perfectas en cada ocasión sin tener que preocuparse de nada», explica Cayetana.

El coste del alquiler es obviamente inferior al de la compra. En Caye&Co ofrecen un precio fijo de 70 euros incluyendo bolso, cinturón y pendientes. «En el caso de que la clienta prefiera comprarlo, lo confeccionamos nuevo en la tela y color que la clienta decida», añade Cayetana.

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Diez años después, su negocio va viento en popa, cada vez lo conoce más gente e incluso hay clientas que entran a comprar y acaban alquilando. Tiene 300 piezas de alquiler en stock y otro local que abrió en 2018 en la calle Comedias, justo sobre el horno de Comedias, donde cuenta ya con una clientela fija de una franja de edad amplia. «Antes trabajaba fundamentalmente de bodas, pero ahora se celebra todo, y tenemos ganas de arreglarnos más, sobre todo a raíz de la pandemia en la que hemos vestido de manera más casual. Visto desde clientas de 15 o 16 años que sus madres no quieren comprarles algo que el siguiente no se pondrán, hasta mujeres de 60-70 que prefieren alquilar porque cada vez tienen menos eventos. La mayoría de clientas tienen entre 25 y 45 años».

Esa franja de gente joven está mucho más habituada al pago por uso antes que a la compra. Las plataformas de música (Spotify) o entretenimiento (Netflix); el alquiler de bicicletas, motos o coches y hasta el alquiler de pisos de vacaciones abre las puertas a otro tipo de alquileres, como el de la ropa.

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Esta práctica no sólo es más económica, sino también más sostenible. Cada año se tiran toneladas de ropa que no se usa. Con el alquiler, se evita la acumulación de prendas y se promueve la moda sostenible y circular. La Asociación Ibérica de Reciclaje Textil calcula que cada persona tira cada año a la basura doce kilos de ropa usada, en parte por la moda low cost que fomenta la compra de usar y tirar antes que las prendas de calidad que perduran en el armario.

Otra de las empresas que ofrece este servicio es La más mona. Su fundador es Polo Villaamil, un financiero que trabajó en el Reino Unido y que tras la crisis financiera regresó a España y creó la empresa. El proyecto, que se puso en marcha en 2012 como una 'startup', entró a formar parte de la aceleradora de empresas Lanzadera el año pasado, tras abrir varias tiendas en Madrid (2014), Valencia, Málaga (2017), Zaragoza, Murcia y Bilbao (2018). Villaamil cerró todas las tiendas menos la de Valencia enfocando el negocio en el formato online.

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En la web se puede ver la colección de vestidos y accesorios de fiesta de todas las tallas y colores tanto de marcas reconocidas como de otras más jóvenes. La web ofrece filtros para seleccionar las prendas por talla, precio, diseñador, color, ocasión… Cada vestido tiene fotos detalladas y detalles de las medidas y también se pueden alquilar las estolas de visón y los sombreros y tocados.

La única tienda física de la firma está en la calle Barcelonina 3. Allí se pueden ver y probar las prendas y recibir asesoramiento. Si el vestido no está en la tienda, lo piden online y tarda unos cinco días en recibirse. Después, el equipo se encargará de todo, desde la tintorería a los arreglos y envíos. Como las bodas suelen celebrarse los sábados, los pedidos se entregan el jueves y la clienta lo devuelve el lunes. Cuando las prendas ya se han alquilado sucesivas ocasiones y presentan signos de uso, se venden en los outlets, también para reemplazar las colecciones que ya tienen varias temporadas por las que acaban de llegar.

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El último servicio que ha lanzado La más mona es Daily, una modalidad que permite alquilar prendas durante treinta días. Las tarifas van desde los 35 euros una prenda hasta los 129 euros cuatro prendas. Los formatos de alquiler se van extendiendo tanto, que la Más Mona permite que cualquiera ponga en alquiler las prendas que no utiliza en su plataforma. La empresa se queda con un 30 por ciento del alquiler y la persona que cede la prenda con un 35 por ciento. A cambio, se despreocupa de la limpieza en tintorería y el empaquetado y envío de la prenda.

En La más mona aconsejan no alquilar prendas que estimes mucho. «Las prendas suelen desgastarse con el uso y con la tintorería. De media, tenemos comprobado que una prenda puede alquilarse 7 veces hasta que empiezan a aparecer los primeros síntomas de uso y deterioro, y por ese motivo no podemos valorar igual una prenda que se ha alquilado una vez o más. De ahí que la tasación de cada prenda debe disminuir con cada alquiler en un 15%».

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En la práctica eso significa que si alguien estropea la prenda en el cuarto alquiler, el contrato de intermediación estipula que la empresa lo comprará por el 40% de la tasación pactada o la dueña puede decidir que se lo devuelvan sin más. La web advierte del uso y desgaste de las prendas. «Por favor ten en cuenta que nuestras clientas utilizarán tus prendas para asistir a fiestas y eventos, donde en algún momento es posible que ocurra algún accidente. Además, si tu prenda gusta, lo normal es que se alquile hasta que quede completamente amortizada, por lo que si tienes especial apego a ella y sabes que te vas a llevar un disgusto si se rompe o se desgasta, lo mejor es que no la pongas en alquiler», explican.

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