Secciones
Servicios
Destacamos
Que en un mundo dominado por el comercio online se mantengan los mercadillos de toda la vida parece un contrasentido. Y no sólo se mantienen, sino que cada vez hay más. Sol Ruiz de Lihory, promotora junto con Yanina Demarchi, de Mediterraneo Market, ... cree que su éxito tiene que ver con la venta en caliente. «En un mercadillo ves algo que te gusta y si no lo coges es difícil volver a encontrarlo. Tengo amigas que se han quedado con las ganas de comprar algo que vieron y ya les fue imposible conseguirlo». Otra razón de peso es la libertad de movimiento que tienen. «Tú entras en una tienda y te atiende la dependienta, lo que parece una atención puede llegar a incomodar si están muy encima de ti. Hay gente a la que le gusta que la dejen ir a su aire y mirar y tocar los objetos».
Sol y su socia Yanina tienen la concesión del espacio del Mercado de Colón dedicado a mercadillos efímeros y los abren prácticamente un fin de semana de cada mes, aunque hay meses que no compensa. «Febrero es una época muy mala, en plenas rebajas de invierno; tampoco organizamos mercados en septiembre, un mes en el que las familias tienen muchos gastos».
Noticia Relacionada
Mediterranean Market VLC, así se llama su mercadillo, arranca la temporada en octubre y luego abre el mercadillo navideño. «En julio no se me ocurre organizar uno en el Mercado de Colón, porque casi todos los clientes que viven en el Ensanche tienen segunda vivienda; por el contrario, estos meses de abril y mayo los sábados el mercado está lleno, vas a dar una vuelta y pasas por los puestos».
Sol también cree que parte del éxito tiene que ver con su exigencia profesional. «Tengo 250 expositores -y más en lista de espera- y voy variándolos en cada mercado. Si el evento es de treinta stands selecciono un número equilibrado de firmas de ropa, bisutería, ocio o decoración; además soy muy estricta con los horarios, todos los puestos tienen que tener una misma línea de decoración».
El lugar donde instala el mercado también es importante para que funcione. El Mercado de Colón, el Parador de Xàbia o una de las Villas de Benicàssim son lugares emblemáticos y con un entorno agradable.
En estos mercadillos puedes encontrar de todo: ropa de niños, vestidos y camisolas ibicencas, cestas de paja decoradas, collares, tocados, abalorios, bolsos artesanales, velas aromáticas, perfumes… casi como un zoco árabe.
Paula Alcón fue pionera en el formato de mercadillo efímero. Su fórmula era la misma que un mercado al aire libre pero en un bajo comercial, que realquila en pequeños stands a artesanos y comerciantes. También lo organizó varios veranos en Benicàssim, donde veranea. La réplica en Xàbia fue iniciativa de Pilar Carbonell, que montó un mercadillo super mono en el Parador de Xàbia (It market) durante varias temporadas, aunque ahora ha tomado el relevo la empresa de Sol Ruiz de Lihory.
Noticia Relacionada
Celia Barreña
«CMG -explica Paula- fue el primer mercadito que se celebró en Valencia en 2011, con el nombre de Cool Market. Lo monté con un propósito solidario, ayudar a la Fundación Pequeño Deseo, que me invitó a participar como diseñadora, profesión a la que me dedicaba entonces. El objetivo era muy divertido, buscar diseñadores y firmas que quisieran exponer y vender sus productos durante unos días y en un espacio único y exclusivo, el Mercado Colón. Lo hacía junto con María Noguera, experta en organización de eventos y la Fundación Pequeño Deseo».
El éxito fue tal que Paula y María decidieron organizar nuevas citas en el semisótano del Mercado de Colón, que entonces todavía no tenía cafeterías y restaurantes. «Lo convocamos en otras ubicaciones únicas de Valencia como el Museo de la Ciudad o los salones del hotel Astoria, incluso en el casino de Castellón y en la playa de Benicàssim».
Después alquilaron el amplio local que ocupaba la tienda de interiorismo El Mercader de Indias en la calle La Paz, donde estuvieron durante tres años abriendo de forma continua. «Entonces María fue mamá y decidió no continuar y así fue como seguí yo sola en Valencia y en mi querido Benicàssim, donde estoy preparando algo muy especial para este verano y en nuevas ubicaciones y nuevas ciudades, como Córdoba».
En 2015, Paula montó el mercadillo en la calle Conde Salvatierra, junto con las hermanas Barral y Sara Tamarit y en 2017 junto con Laura Pérez Vehí. «Son grandes amigas y colaboradoras, pero ahora continúo yo sola», explica.
En cuanto al éxito de los mercadillos, coincide con Sol en que es importante cuidar los espacios. «Yo mimo la decoración, organizo inauguraciones y actividades paralelas e intento seleccionar a los expositores con un criterio diferenciador. Además, me gusta el trato cercano con los expositores, que acaban siendo amigos y eso siempre hace más fácil la continuidad y el buen desarrollo del concepto».
Paula no olvida el apoyo de su familia y las fundaciones con las que ha colaborado. «Ongs como Pheipas, Kassumay Reconecta, Corazones abiertos, Casa Ronald… todos son proyectos extraordinarios».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.