Así fue como Valencia inspiró a esta arquitecta argentina para crear su firma de gafas

Cuando terminó la carrera en Rosario comenzó a desarrollar su profesión, pero al poco tiempo quiso estudiar un posgrado y de pronto se vio en Valencia. El máster la sacó de su zona de confort y le enseñó que existen muchas formas distintas de hacer arquitectura, no solo una, ni la tradicional. «Siendo arquitecta es cierto que aprendes un poco de todo: colorimetría, herramientas gráficas de diseño, proporciones, estructuras… Eso me sirvió para empezar a diseñar gafas en 3D e ir haciendo pruebas y modificando», comparte Clara. «Me encanta la moda, jugar y combinar la ropa, y uso mucho complementos en mi día a día, sobre todo gafas. Sin embargo, me costaba encontrar marcas que ofrecieran diseños atrevidos y buena calidad sin tener que ir a las grandes firmas».

Y así fue como nació Griot Club, una marca de gafas en la que rige la creatividad y la excelencia, pero con un precio accesible. Diseños atrevidos y divertidos para hacer sentir a sus portadoras poderosas y elegantes. Once gafas distintas, cada una fruto de la inspiración de un viaje realizado durante el año del máster. «Les puse el nombre de los destinos que visité en ese año y me han transmitido algo: Jávea, Marrakech, Porto, Palma… Por ejemplo, al modelo Kyoto las llamé así por el color de los cerezos que inundan la ciudad», comparte Clara emocionada.

Reconoce que Valencia ha sido para ella una gran inspiración, no solo como ciudad (que le recuerda mucho a Rosario, pues es también la ciudad tercera de su país), sino por la gente que se ha encontrado y el ambiente, cada vez más efervescente, de diseño y moda que existe aquí.