A las puertas del IES Abastos de Valencia, Amelia Arroquia llega con el carrito de bebé de su hija. La pequeña Irati está en la ... guardería y su abuelo, que trabaja en el centro educativo, la recogerá mientras la diseñadora atiende a la entrevista. «Logística», comenta. Ahora, anda un poco más «relajada». Aunque no mucho. Unas semanas atrás terminó de enviar todos los libros de tendencias (trend book) que han desarrollado en Minicool, la empresa que levantó después de soñarla.
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Minicool disfruta en 2023 de su décimo año de vida. Dos lustros en los que Arroquia ha pasado de ser «muy fan» de los libros de tendencias de moda adultos a crear uno de los trend books para niños que más influyen en todo el mundo. «Estudié Diseño pero luego me licencié en Investigación y Técnicas de Mercado. Me atraía el mundo de las tendencias porque detrás hay todo un proceso de investigación, análisis y reflexión sobre lo que va a pasar socialmente, estos libros se trabajan a dos años vista. El trabajo aúna diseño y también mercado, además ofreces un producto cerrado e internacional», comenta.
En un libro de tendencias se encuentran imágenes, conceptos, colores que en este caso inspiran a las empresas, en principio textiles infantil y bebé para sus creaciones. Minicool les propone estilos gráficos ya solucionados y vectorizados para usar, lo que facilita a las empresas su uso. Pueden plasmar un dibujo casi tal cual del catálogo sobre una prenda, modificarlo mínimamente o un poco más. Al gusto del cliente.
No es original hablar de que los comienzos no fueron fáciles. Pero realidad sólo hay una. «La crisis que se había iniciado en 2008 todavía coleaba. Y mucho. Empezamos a acudir a ferias de moda, primero por España, luego llegaron Europa, Asia y mercados como el norteamericano y aunque no eran buenos tiempos, nos dimos cuenta del gran referente que es para todo el mundo este país y la Comunitat. Es referencia mundial. No se dice porque se tiene como asumido, pero por ejemplo en el caso de la moda infantil, está por delante de países como Italia», recuerda Arroquia. La competencia de Minicool son grandes corporaciones internacionales, sin embargo, el trabajo de la empresa nacida en el corazón de Valencia para el resto del mundo se ha visto reconocido. De hecho, pocos años después de inicio, los detalles que surgen de los diseñadores de Minicool ya se veían en más de 31 países alrededor del mundo.
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«Las empresas españolas son punteras, han soportado muchos embistes y siguen estando ahí y revolucionando el mercado. Hay que contarlo porque se tiene que saber. Cuando hemos viajado por distintos países del continente asiático o norteamericanos, de tres marcas que te dicen, dos son españolas. Está todo el planeta mirando hacia aquí y no nos damos cuenta», reivindica la diseñadora.
La visión de futuro que deben tener los creadores de tendencias se topó en 2020 con una nueva realidad. «Todo cambió tras la pandemia. Reflexionamos mucho respecto a las tendencias». Una experiencia de la que extrajeron un fuerte aprendizaje. «El equipo apostó por las emociones, había tanta incertidumbre que pensamos que cuando no hay nada seguro, lo único que te queda es sentir. Parecía que era una idea arriesgada pero luego se ha hablado mucho de la inteligencia emocional y de otros conceptos parecidos. Nos basamos en el Renacimiento. Aprendimos mucho. Había miedo a abrazar, a los niños se les habló de conceptos como la muerte, que no estaba antes tan presente. Todo esto cambió nuestro entorno. Ahora también hacemos hablamos de los suicidios, el bullying, son temas que están en la sociedad». La situación global, el tipo de familia, que también varía, o los referentes con los que han crecido los padres también influyen a la hora de crear estos libros de tendencias. Pero hay mucho más.
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El clima también se está viendo alterado. Y con ello la manera de consumir: ««Las estaciones se han diluido durante los últimos tiempos, las llamadas estaciones crucero se vende más que en la propia estación o rebajas», afirma Arroquia, quien también medita sobre la desaparición de las tiendas multimarca: «Están desapareciendo por los negocios online, que afectan a las pequeñas empresas. Si en mi tienda había tres tiendas de este tipo, ahora hay una o ninguna. Está habiendo un cambio».
Otro de los virajes en la moda, y en las tendencias está relacionado con la preocupación por el planeta. «Hay conciencia medioambiental, sostenible, en el mundo del bebé especialmente y en las empresas españolas de manera peculiar. Aquí se tienen muy en cuenta y están muy interiorizadas las calidades de los algodones, el cuidado del niño…». Precisamente esta condición puede llevar a elevar el precio del producto: «Hay una parte de la población que no valora la calidad, lo ve caro pero hay una falta de conocimiento de los materiales, de los procesos industriales. ¿Te has parado a pensar cuántas piezas tiene una camisa básica de hombre? ¿O alguna de moda infantil? todo esto tiene un valor y mucha investigación detrás».
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Las anteriores circunstancias abocan a un modelo nuevo. Un paradigma que allá por el año 2011 ya se empezó a vislumbrar en Estados Unidos. «Va a haber una revolución muy grande. En aquel año, en Nueva York, ya se hablaba de tener en tu armario las prendas básicas, no tener siete camisetas blancas, sino comprar tres cosas pero de calidad. Supondrá un cambio de negocio, una reducción en el sector», concluye Arroquia, que cuando se quedó embarazada decidió que quería «invertir» tiempo en su hija. Una dedicación que la pequeña Irati le devuelve en forma de cariño y también de «inspiración».
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