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Hace cincuenta años, Elche ya era cuna de calzado, de pequeños artesanos dedicados al cuero, de mujeres que trabajaban en casa, de una tradición económica que ha aguantado los embistes del paso del tiempo con innovación y sostenibilidad. En realidad, la familia Martínez Ibáñez comenzó ... con un pequeño taller en los años sesenta, donde fabricaban a mano zapatillas de esparto. Unos años después, con Elche convertida en la capital del calzado en España, los hermanos Martínez decidieron que había llegado el momento de dar un salto de calidad. Industrializaron la empresa, multiplicaron la capacidad de producción, pero sobre todo crearon un slogan, 'Un lujo razonable'.
En aquel momento quizás no lo sabían, pero nacía un relato y se enfocaban en un público muy distinto a aquel a quien le vendían las 'espardenyas'. «Se posicionó el producto principalmente para el caballero empresario y así Martinelli reinventa el concepto 'New elegance', adaptándose a los nuevos tiempos», explican en Martinelli. Así, son míticos sus mocasines y castellanos que calzaron durante décadas a quien quisiera completar un traje. Curiosidades del paso del tiempo, uno de sus modelos más vendidos ahora son unas zapatillas.
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Begoña Clérigues
En realidad, el nombre de Martinelli surgió por una confusión. Fue un alemán quien, dicen, fue el culpable del nombre de la empresa. Aquel vendedor se dirigía al fundador, Martín Martínez, como el señor Martinelli. El error persistió y lo que se hubiera podido quedar en una anécdota se popularizó sobre todo entre la familia, así que decidieron que, por qué no, la empresa se llamara así. Quizás pensaron que todo lo italiano sonaba a elegancia, uno de los objetivos que perseguían aquellos precursores del calzado industrializado de calidad. «Son nuestros zapatos los que mejor representan nuestro principal valor, la elegancia, sin dejar de lado la comodidad», explican en Martinelli.
Fue en 2007 cuando Pikolinos compró la firma Martinelli después de que entrara en un proceso concursal. Desde el gigante del calzado pensaron que podía tener una continuidad pese a los problemas económicos, apoyándose en el prestigio de una marca asociada a la elegancia, y que en los últimos tiempos ha intentado posicionarse sobre todo entre el público femenino. «Martinelli es la primera opción para los eventos y momentos de oficina», explican en la firma, que apuesta por la «excelencia, la innovación conjugada con el diseño tradicional y un trabajo por ser cada día más sostenibles». En este sentido, Martinelli está implementando el uso de materiales respetuosos, como cajas de cartón reciclado, la eliminación de los plásticos en el packaging o el uso de energías renovables en las instalaciones.
El pasado mes de abril, Martinelli celebró su 50 aniversario con una fiesta a la que asistieron muchos rostros conocidos, como Laura Matamoros, Anna Ferrer, Alba Díaz, Juana Acosta o Teresa Andrés Gonzalvo. Además, han abierto una 'flagship' en la calle Velázquez en Madrid aprovechando el aniversario.
Es curioso que la firma Martinelli ha sobrevivido en la familia Martínez, donde una nieta del fundador, Ana Martínez, ha seguido con la tradición familiar y fundó su propia marca de calzado, Ana Marttin, que han usado celebridades como Eva González, India Martínez e incluso el rey Felipe VI.
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