Zara replica la tienda del futuro en Bonaire

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María José Carchano

Las firmas de moda han cambiado su forma de mostrarse al mundo. Antes lo hacían a través de los escaparates. Ahora esos escaparates son digitales y se llaman Tik Tok o Instagram, mientras que las cajeras son el dedo que aprieta en un click aceptar la compra con el móvil. Por ese motivo, cada vez hay más locales experienciales, donde comprar es casi lo de menos. Se trata de un paso más en el proceso de adquisición de una prenda, ya sea antes o después de pasar por la tienda.

Así, ahora el local de Bonaire, que se ha ampliado y tiene más de tres mil metros cuadrados, tiene la posibilidad de recoger el pedido online, o encontrar las prendas que tenemos seleccionadas en la aplicación del móvil de la marca. O acceder a uno de los probadores inteligentes que permiten agilizar el proceso. O desalarmar uno mismo. O no tener que hacer colas eternas ante la caja porque el autocobro permite que todo sea más rápido.

La tienda de Bonaire ha incorporado también la división Zara Athelticz, una colección cápsula que pretende arrebatar a las marcas deportivas una parte del pastel a los líderes, Adidas, Nike y Puma, ya que las ventas de ropa técnica crecen sin parar asociadas al estilo de vida saludable. También se ha incorporado a la tienda la sección de perfumería que ya se inauguró en la tienda de Zara de Don Juan de Austria.

Zara está implantando este concepto de local en el que, como decía la periodista Paula Llanos cuando se inauguró la de Madrid, «es la primera tienda en la que puedes comprar sin hablar con nadie». Porque así lo hacemos en Internet. Los jóvenes no necesitan una dependienta porque ya lo tienen claro desde casa.

El centro comercial Bonaire también ha incorporado la primera tienda de Ysabel Mora, una firma de lencería, ropa interior y baño que nació en Xàtiva y que después de tener más de tres mil puntos de venta de la marca, han decidido implantar su primera tienda física.