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Lunes, 22 de noviembre 2021
El Sol es una de nuestras estrellas principales, su función primordial es la de proporcionar luz, calor y energía a la Tierra. Pero existe un fenómeno llamado, noche polar. Esta curiosidad ocurre por la inclinación de la Tierra y, conforme nuestro planeta se traslada alrededor del Sol, la región del Ártico no recibe luz solar directa, lo cual produce que el Sol no se vea en el horizonte de varias ciudades del mundo.
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Se define como noche polar una noche con duración mayor a 24 horas y ocurre el Sol cuando se mantiene debajo del horizonte. La cantidad de oscuridad varía en las zonas polares más altas, en donde ocurre la llamada noche polar astronómica en la que no hay rastro de luz. En las ciudades poblares existe cierto grado de iluminación.
La duración de las llamadas «tinieblas polares» varía según la latitud, el periodo mínimo es de 30 días y existen regiones del mundo donde la noche se puede extender hasta un mes o hasta 2 meses, en el caso del Polo Norte o la Antártida.
Cada otoño, los habitantes de la ciudad de Barrow, un pueblo de 4,900 habitantes ubicado en el extremo norte de Alaska, se reúnen el 18 o 19 de noviembre para ver la última puesta de Sol del año. Según la revista científica National Geograpich, a diferencia de los atardeceres del resto del globo, esta localidad considerada uno de los asentamientos humanos más al norte del mundo se despide de la luz solar a finales de noviembre, un adiós que «se prolonga durante 66 días, hasta que el Sol vuelve a alcanzar el horizonte el 23 de enero del año siguiente».
Durante la noche polar, el frío se intensifica y la temperatura media alcanza unos -20º C en enero; de acuerdo con la revista americana, «los habitantes de Barrow continúan con su rutina diaria, aunque acumulan más tiempo dentro de casa»
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Esta es una localidad rusa que cuenta 300 mil habitantes, donde la noche polar se extiende desde el dos de diciembre y hasta el 11 de enero, aproximadamente. Esta zona del cículo polar se mantiene durante 40 días sin luz del Sol. El registro histórico indica que durante el invierno, la temperatura media es de 16º C, con los días más fríos a principios de enero que rozan el récord de -39 ºC en la ciudad.
Esta ciudad rusa tiene una ventaja en comparación con otras ciudades del Ártico, ya que a diferencia de otros cuerpos de agua que se encuentran en la misma latitud, el puerto de Murmansk (uno de los epicentros europeos de exportación de carbón) se mantiene activo durante la noche polar gracias a la corriente marina cálida del Atlántico Norte, que impide la congelación de sus aguas.
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Tromsø es una ciudad noruega conocida popularmente como la 'capital cultural' del Ártico. Esta localidad se despide de la luz solar el 27 de noviembre y vuelve a recibir rayos del Sol hasta el 15 de enero del año siguiente. La llegada de la noche polar inaugura la temporada alta de turismo en esta localidad nórdica, en la que miles de viajeros se desplazan hasta Tromso para practicar deportes invernales, cazar auroras boreales o para presenciar el avistamiento de ballenas jorobadas y orcas, que aparecen en sus gélidas aguas entre octubre y enero.
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