Si la profesión se lleva dentro, también se puede sufrir en nuestro cuerpo. Los callos, las heridas, las quemaduras... Pensamos en obreros, artesanos, gente que trabaja con sus manos, que las pone al servicio de su oficio. Los músicos no son una excepción, el arte cura el alma pero no exime de dolencias.
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Problemas cervicales a causa del violín, tendinitis por sostener la guitarra de manera incorrecta, lesiones vocales que derivan en un pánico escénico en los cantantes o problemas auditivos como resultado de una exposición prolongada a altos decibelios... Todo esto tiene su tratamiento, aunque a veces requiere un mimo especial, algo de lo que el Hospital de Manises quiere hacer bandera poniendo en marcha una iniciativa pionera en la Comunitat: una Unidad de la Música y las Artes Escénicas. El objetivo es poner al servicio de los profesionales de estas disciplinas especialistas en las dolencias más comunes que sufren y que han recibido una formación específica para la causa.
«La realidad de Valencia es que hay mucha tradición musical y de artes escénicas y nos dimos cuenta que existían muchas dolencias ligadas a la profesión», cuentan desde el hospital que supo ver la demanda creciente de este perfil de pacientes y se puso manos a la obra tomando como referencia hospitales como Tarragona, que ya tenían una unidad similar.
En la unidad es multidisciplinar y se encuentran médicos rehabilitadores, traumatólogos, dermatólogos, neurólogos, psicólogos, otorrinolaringólogos, nutricionistas, alergólogos, logopedas o fisioterapeutas, todo para atender de la forma más amplia posible las patologías de los profesionales de la música.
Decenas de usuarios ya han pasado por el Hospital Militar, donde se encuentra la Unidad y han recibido sesiones de diagnóstico, prevención y tratamiento, pero la idea es seguir formando a profesionales y asumir aún a más paciente con esa idea de ofrecer un servicio integral a las necesidades del músico.
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Contra la posible creencia de que los músicos no tienen tanto de lo que sufrir, la realidad es que hay una lista infinita de dolencias que pueden derivarse de su actividad profesional: las contracturas musculares, lesiones en la piel, alergias a componentes de los instrumentos, las tendinopatías, las lesiones en el oído o la voz o las lesiones en lumbares son las patologías más comunes, pero hay otras tantas de las que dependen la salud física y mental de este tipo de paciente.
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