La Navidad tiene sus riesgos para nuestras mascotas

La celebración de Navidad se viste de luces, decoración, árboles, bolas… elementos que se convierten en un atractivo para nuestras mascotas, y que, en un momento dado, puedo causarnos algún problema veterinario. «Es una época bonita que enmarcamos con la importancia que tiene, con adornos y olores, pero tiene riesgos para nuestros perros y gatos», explica la directora de Innova Veterinaria, Sonia Burguet.

Los gatos son cazadores «y un árbol de navidad con bolas de colores, purpurinas, luces y adornos que se mueven son un montón de presas donde jugar, pero por ejemplo, si comen cintas o purpurinas podemos tener intoxicaciones o problemas digestivos», explica Sonia Burguet. Cada vez son más los vídeos en redes sociales como TikTok e Instagram que muestran los destrozos que los gatos realizan en la decoración navideña, así como también, ideas para salvar la Navidad de manera segura para los peludos de la casa, ya que incluso pueden ocurrir electrocuciones al jugar con las luces.

Es en este punto cuando la veterinaria distingue entre efectos adversos y tóxicos. El elemento más tóxico es la flor de pascua. «Las flores de pascua son tóxicas para nuestras mascotas y cualquier parte que ingiera nuestra mascota es venenosa, por eso recomendamos en caso de perros ubicarlas en lugares altos y de difícil acceso y en el caso de los gatos, directamente no usarlos en la decoración hogareña», señala Sonia Burguet de Innova Veterinaria en Catarroja.

En caso de ingestión, deben observar síntomas como salivación excesiva o la respiración acelerada, y en casos más graves ocasiona vómitos y diarrea, por lo que es importante acudir al servicio veterinario. Otras plantas también tóxicas son el muérdago, «que les llama mucho la atención por sus bolitas blancas», el acebo y la savia del abeto de Navidad, así como los lirios, que incluso el polen es tóxico. Otros alimentos que debemos mantener alejados de nuestras mascotas por su toxicidad son el chocolate, las castañas, frutos secos y uvas.

Respecto a los efectos adversos, son uno más de la familia, y aunque no se sientan a la mesa, tampoco deberían comer las sobras de nuestras comilonas. El cambio de alimentación y el exceso no son buenos, además de no ser recomendable compartir con ellos las sobras. Puede ser habitual darles a nuestros perros hueso del cordero o pollo tras un ágape familiar, pero los huesos cocidos son peligrosos porque pueden perforar el sistema digestivo de la mascota y producir graves problemas, al igual que las cabezas de langostinos. Si queremos que disfrute de una comida especial, la mejor opción son las latas Premium.

Finalmente, los invitados y el trasiego puede generar estrés a nuestras mascotas. La veterinaria recomienda en este punto advertir a las visitas «que las mascotas no son cosas y se les debe dejar tranquilos», para ello, «construirles un refugio o un lugar donde se sientan seguros y puedan esconderse si lo necesitan», explica, «un truco muy recomendable también para minimizar el miedo a los petardos y a los fuegos artificiales».

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