B. S.
Lunes, 21 de junio 2021, 15:45
Con la llegada del verano y las alta temperaturas, es importante aumentar el cuidado del coche. Una limpieza regular del automóvil es una acción sencilla y que evitará algún que otro disgusto en el futuro, pero es importante realizarla de forma adecuada para que no se dañe el vehículo.
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La suciedad acumulada en la carrocería deteriora la pintura, afecta al tono del color y provoca una pérdida de brillo. Por esta razón, es importante limpiar cuando antes los restos de arena, salitre, resina, insectos o heces de pájaro, porque el calor acelera el proceso de corrosión y pueden producir daños irreversibles en la pintura, oxidar o rayar diferentes partes del vehículo.
En este caso, una buena solución para proteger el coche sería utilizar champús antimosquitos y ceras de pulido para resguardar la carrocería frente a los rayos ultravioleta y mantener el coche limpio durante más tiempo.
Asimismo, es recomendable respetar todas las fases del lavado (prelavado, lavado, enjuagado, encerado y secado) ya que en muchas ocasiones suele omitirse la del prelavado. Este paso es conveniente incluso cuando el vehículo no está muy sucio, con el fin de eliminar todo tipo de aceites, polvo y restos orgánicos y proteger así la carrocería del coche y otros componentes.
Antes de iniciar el prelavado, se aconseja realizar un enjuague rápido con agua para enfriar la superficie del coche si ésta está muy caliente. En los centros de lavado a presión, se aconseja mantener una distancia mínima de 30 centímetros desde la punta de la lanza hasta el vehículo para evitar una presión excesiva de agua sobre el coche.
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En cuanto al lavado de neumáticos, se debe evitar incidir en el mismo punto durante más de 5 segundos, así como directamente entre la llanta y el neumático para que no se vea afectada la junta. Tampoco es conveniente aplicar el chorro de agua de alta presión directamente sobre los componentes eléctricos.
Otro de los errores frecuentes es eliminar las manchas del vehículo en seco. Esta acción puede dañar el automóvil, se debe hacer con un cepillo y utilizando un programa de lavado con agua y un producto de limpieza apropiado. También hay que tener cuidado con el producto que se escoja, porque los trapos y esponjas viejas pueden estropear el coche.
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Muchos conductores suelen olvidarse de la limpieza de las gomas de los limpiaparabrisas. Estas suelen estropearse con frecuencia a causa del calor y es aconsejable remojarlas de forma periódica para evitar que se resequen, además de utilizar una bayeta para eliminar cualquier sustancia y facilitar su posterior secado.
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